1ª intervencion de Incongruente
Ante el silencio de cualquier otro lector de mi blog de enviarme su carta de presentación, inicio los diálogos, por si alguien se anima a opinar.
Ahora, haré referencia a tus conceptos filosóficos, febade. En tu carta de presentación tocas diversos temas y para no complicar las cosas, me limitaré solo a uno de ellos, al que creo es más fácil como comienzo de nuestros diálogos, EL TIEMPO. Tu primera referencia es: “La eternidad, para mi, es un estado donde el tiempo no existe”. Segunda referencia: “la eternidad discurre... un lugar que no posee ni principio ni final, un lugar o estado así carece de tiempo, y sin tiempo nada es posible. Cualquier pensamiento que tengamos posee un principio y un final, la eternidad no, la eternidad ES. Por lo tanto la idea de la creación del universo tiene que proceder de un lugar infinito o, por lo menos, de un lugar donde el tiempo cohabita con la voluntad creadora”. Tercera referencia: “Naturalmente el tiempo es relativo y para nosotros, para el ser humano, ese estado de coincidencia puede ocurrir dentro de trillones de años, pero ocurrirá”. Cuarta y última referencia: “Sé que muchos científicos alegarán en mi contra que: "en realidad existen universos, dimensiones, donde el tiempo no existe, la dimensión del tiempo NO EXISTE”.
Como puedes comprobar, en ningún caso has querido o sabido definir algo tan importante en tu conceptualización filosófica como el tiempo. Creo que deberías haber partido de una definición, más o menos precisa para luego deducir si su existencia es o no en tus otros conceptos. Me explico
¿Qué es para mí el tiempo? Es una dimensión necesaria, pero no para un Dios, ni para un Universo... ¡No! es necesaria para mi cerebro. Soy, y espero que tú también lo creas así, un “producto” del Universo y, como tal, compuesto de “algo” y materia. Por ahora dejemos el “algo” aparte, para no liarnos más y, parémonos en la materia. Puedo demostrarte y lo haría si fuese este el motivo del diálogo actual, que el ser humano razona con una parte material de su cerebro, así como memoriza con otra. Imaginar, pensar y sentir podemos dejarlo aparte también. Ya que la razón es la que nos lleva a discernir entre los diferentes “elementos” que componen el Universo, usando para su comprensión nuestra memoria; analicemos esta parte solo.
Una pequeña demostración de que la razón es puramente física, es que todos los seres vivos, razonan, y su razón es la que les ha llevado a “adecuarse” a los cambios de los hábitats donde viven, excepto en aquellos casos en que esos cambios han sido tan rápidos que la razón no ha tenido tiempo de hacer que sus organismos evolucionen para adecuarse al nuevo sistema de vida. La razón, para mi es un simple procesador que tenemos en el cerebro y que utilizando las bases de datos que nuestra memoria, guarda unas veces por acumulación de vivencias a lo largo de sus vidas y otras por recepción genética, estudia las nuevas necesidades de nuestros cuerpos y poco a poco lo va haciendo evolucionar, utilizando los medios de que dispone. El ser humano, ser vivo como los demás, pero con un mayor grado de complejificación, “ha descubierto” que le es más fácil adecuar a su sistema de vida el hábitat que adecuarse él al hábitat donde vive. No entremos ahora en esta potencial discusión, aunque podemos guardarla para posteriores diálogos.
Volvamos al tiempo. El tiempo es una dimensión porque mide... el proceso evolutivo de los millones de cambios que se van produciendo en el Universo. Pero, el quid está en que el TIEMPO solo vale para medir un cambio y mientras que no se demuestre lo contrario, solo cambia aquello que tiene entidad física, la materia. Luego, el tiempo es una consecuencia de la materia.
Aquí podrías decirme: Te has pasado tres pueblos, Incongruente, pues no solo cambian las cosas físicas, también cambian los pensamientos, los sentimientos, los sueños...
Y de nuevo, el insistente de Incongruente te contesta: ¡No señor, no estoy de acuerdo! Los pensamientos, los sentimientos, la imaginación no cambia, es nuestro cerebro el que, al estar hecho de materia, para “entender” lo que piensa, sueña e imagina, tiene que hacerlo ESCALONADAMENTE, PROCESALMENTE, o, como mi maestro decía, SECUENCIALMENTE.
No podemos razonar nuestros propios pensamientos si no lo hacemos con nuestro cerebro que, al estar hecho de materia, necesita poner las cosas una detrás de la otra. Te pondré un ejemplo: Cierra tus ojos y piensa en un tren con el cuarto vagón de color amarillo, entrando en un túnel. Primero la máquina se acerca a la negra boca del túnel; poco después ya casi medio tren ha sido engullido por... ¡Alto ahí! Y paras tu pensamiento y la imagen que de él tienes en el cerebro. En este momento estaba entrando en el túnel ese cuarto vagón de color amarillo. Es curioso, has sido capaz de pensar en el instante en el que entraba el vagón amarillo en el túnel y NO TE HAS DADO CUENTA de que acabas de parar el tiempo en tu mente. Tu mente no necesita el tiempo para pensar, lo necesita tu razón para “entender” a tu mente. Pues si piensas en un Ser que no tiene nada material, comprenderás que para Él el tiempo no existe pero existe todo “AL MISMO TIEMPO”, porque su mente atemporal lo puede entender así. Ahora espero tu “torpedo” para intentar hundir mi Titanic.
Parte de una intervención escrita que tuve cuando tenía veinte años y cursaba estudios, en un encuentro de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.
“...Pocas personas, sean científicos, filósofos o libre pensadores, como es nuestro caso, cuando reflexionan sobre el concepto del tiempo y, en dicho concepto meto el pasado, presente y futuro, no tienen en cuenta los medios que utilizan para reflexionar y en mi opinión, los medios que disponemos son como son y funcionan como funcionan. Me explicaré.
Pensamos abstractamente. Quiero aclarar que nuestro pensamiento no necesita del tiempo para desarrollarse y, posteriormente, razonar. Es en ese momento, cuando razona, el instante en el que necesitamos de una "ayuda especial", el tiempo, que hemos “inventado” para poder procesar nuestros pensamientos y, además, necesitamos utilizar los únicos medios que tenemos para convertir los resultados de nuestro razonar en realidades. En realidad, nuestra memoria guarda la información en pequeños paquetes de información que inexorablemente son secuenciales; van unos detrás de otros. Pero no porque sucedan secuencialmente, sino porque nuestro cerebro funciona así. Lógicamente, cuando tiramos de la memoria para razonar, la información la recibimos secuencialmente y, por tanto, ligada al tiempo.
Pensemos, por un momento, en cualquier sueño de los muchos que hayamos podido tener en nuestras vidas. Mientras soñamos, no existe el tiempo, lo hacemos atemporalmente, ya que nuestro pensamiento está fuera de la realidad tangible, es inmaterial y, mientras no haya materia no habrá tiempo. Solo usamos el tiempo en nuestros sueños cuando hacemos referencias o queremos materializar los sueños, pero, puedo estar al mismo tiempo viendo el Big Bang y también viendo desaparecer el universo; y lo puedo hacer en el mismo instante, pues no necesito usar el tiempo. Bien, supongamos un ser que tiene la facultad de soñar y, al mismo tiempo (paradoja gramatical) hacer que sus sueños se realicen. Desde su visión del sueño, todo ocurre en el mismo acto. Para él, el pasado, presente y futuro de su sueño es un único presente. Sin embargo, para nosotros, que formamos parte de ese sueño, las cosas ocurren secuencialmente. Existe entonces el tiempo?. No, no existe; ni para el que sueña ni para el soñado, pero, el segundo, que forma parte de un proceso evolutivo y que, además, está formado por psique y materia, su parte material evoluciona y necesita del tiempo para procesar dicha evolución.”
Como puedes ver, en poco ha cambiado mi idea sobre el tiempo.