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viernes, 12 de febrero de 2010


UNA LUZ SE ACERCA


Ya empieza a vislumbrarse allá, a lo lejos, una leve luz de primavera, de nueva vida, de esperanza y sueños. Aquí, todo el panorama es blanco, puro, inmaculado; sí, bello como la pureza, pero muerto. Y yo necesito vivir, no más que otros, solo lo que me corresponde. Lo que me corresponde dentro de un orden, ese orden que lo marcan las libertades de los demás, las circunstancias, los errores cometidos sin saberlo; en fin, todo. Pero, aunque sea poco, ese tiempo quiero vivirlo y en estos días de blanco ropaje, me escondo en mi interior y pienso, sueño, a veces lloro y escribo.
Un largo y frío invierno nos tocó vivir, y eso que aquí en el sur no abusamos del frío, por aquello de que abusar no es sano. ¡Ay cuando lleguen los idus de quintilis, quien no pudiera abusar! Pero ya llegarán, ahora son tiempos de soñar y escribir. Frente a una chimenea, sí, con los pies calientes y las manos y frente frías.
A veces las musas no acuden al encuentro de mi inspiración y, volviendo la mirada, me quedo absorto contemplando las estanterías llenas de entelequias, sueños, amores perdidos. Entre libro y libro, algunos poemas sueltos revolotean sin decidirse en que flor libar. Me levanto y pongo música de fondo. Clásica y solo de algunos autores de lento pensar, que las velocidades no me gustan ni en la música. Quizás así acompañado, esas bellas mujeres de suave y albo levitar, me vengan a ver. Y espero.
El crepitar de la leña, las sinuosas e insinuantes llamas me hipnotizan y mi mente se adormece. Siento como el peso de mi cuerpo se va aliviando poco a poco; las incomodidades de la edad se suavizan y se pierden entre las penumbras de la librería, quizás buscando algo que leer. La mente se va quedando en blanco mientras mis ojos, capturados por el hipnótico danzar del fuego, se quedan fijos, sin mirar, sin tan siquiera poder ver.
Y lentamente me duermo en el limbo de los inocentes. Quizás hoy tenga suerte y despierte al otro lado. Sería tan… tan increíble. La pena es no poder volver para relatarlo.