Intervención de Incongruente
Ante la pasividad vuestra, me veo en la necesidad de abrir nuevos frentes de diálogo.
Ante la pasividad vuestra, me veo en la necesidad de abrir nuevos frentes de diálogo.
En la apertura de estos diálogos, quise discernir, diferenciar o separar tres temas, entre otras muchas cosas porque cada uno de ellos creo que tiene entidad propia como para mantener un largo y discutido diálogo entre nosotros; estos eran, por orden “sucesorio”, el Hombre, el Universo y, finalmente Dios.
Pero observo que no somos capaces de separar estos tres conceptos, por ello, de nuevo intentaré centrar el tema en el Hombre, o Ser Humano, como mejor os parezca.
Ya hemos comentado las propiedades que debe tener la vida para que el portador de la misma pueda ser catalogado por nosotros como Ser Humano: Tener una parte física, otra anímica y, algo más. En este algo más es donde empiezan nuestras divergencias; inteligencia, pensamiento, memoria, imaginación, alma…, no sé cuantas otras cualidades pudieran ser pero, lo que sí sé, y creo que estáis de acuerdo, es que hay un “algo” que lo hace diferente.
Bien, mi opinión es que esa diferencia está en que el Ser Humano es el único portador de vida que tiene la facultad de “pensar”. ¿Por qué utilizo este verbo? Sencillamente, porque es el único que aglutina una serie de virtudes solo propias del Ser Humano: Imaginar, discurrir, idear…
La inteligencia está claro que es potestad de cualquier ser vivo, así como la memoria, ya sea porque es heredad genética o por que van vinculadas al hecho de vivir. Siempre utilizo el mismo ejemplo: Si pongo mi mente en el mismo instante en el que aparece sobre la tierra el primer ciervo y el primer león, está claro que solo hay dos posibilidades, que el león se lo coma y el ciervo desaparezca o que no se lo coma y el león se muera y desaparezca igualmente. Pero observamos irónicamente nuestro mundo y ¡oh, maravilla! Existen ambos al mismo tiempo. ¿Cómo fue posible tal milagro? Yo creo saberlo, pero me gustaría que vosotros le deis vueltas a la cabeza para discurrir qué ocurrió.
Lo que sí está claro es que ocurriese lo que ocurriese, el hecho comprobado de que ambos cohabiten y el uno intente alimentarse del otro y este intente evitarlo es porque en ambos hay inteligencia que les induce a mantener la especie, uno cazando, otro huyendo. ¿Quién les enseñó esto? ¿Quién les enseñó la “necesidad” de intentar conservar la especie? Cambio la pregunta: ¿Qué les enseñó estas reacciones? Está claro que en el origen no pudo ser algo genético, pues sus genes no eran heredados. A partir de poder transmitir sus experiencias (transmisión genética porque ni hablan ni escriben) las sucesivas generaciones lo tuvieron más fácil.
De nuevo dejo sobre el tablero algunas situaciones confusas y necesarias de aclarar para consolidar nuestros respectivos axiomas de partida en los diálogos. Seguiremos con el Ser Humano, en el que todo esto se complejifica bastante con esa nuestra maldita capacidad de PENSAR.
Pero observo que no somos capaces de separar estos tres conceptos, por ello, de nuevo intentaré centrar el tema en el Hombre, o Ser Humano, como mejor os parezca.
Ya hemos comentado las propiedades que debe tener la vida para que el portador de la misma pueda ser catalogado por nosotros como Ser Humano: Tener una parte física, otra anímica y, algo más. En este algo más es donde empiezan nuestras divergencias; inteligencia, pensamiento, memoria, imaginación, alma…, no sé cuantas otras cualidades pudieran ser pero, lo que sí sé, y creo que estáis de acuerdo, es que hay un “algo” que lo hace diferente.
Bien, mi opinión es que esa diferencia está en que el Ser Humano es el único portador de vida que tiene la facultad de “pensar”. ¿Por qué utilizo este verbo? Sencillamente, porque es el único que aglutina una serie de virtudes solo propias del Ser Humano: Imaginar, discurrir, idear…
La inteligencia está claro que es potestad de cualquier ser vivo, así como la memoria, ya sea porque es heredad genética o por que van vinculadas al hecho de vivir. Siempre utilizo el mismo ejemplo: Si pongo mi mente en el mismo instante en el que aparece sobre la tierra el primer ciervo y el primer león, está claro que solo hay dos posibilidades, que el león se lo coma y el ciervo desaparezca o que no se lo coma y el león se muera y desaparezca igualmente. Pero observamos irónicamente nuestro mundo y ¡oh, maravilla! Existen ambos al mismo tiempo. ¿Cómo fue posible tal milagro? Yo creo saberlo, pero me gustaría que vosotros le deis vueltas a la cabeza para discurrir qué ocurrió.
Lo que sí está claro es que ocurriese lo que ocurriese, el hecho comprobado de que ambos cohabiten y el uno intente alimentarse del otro y este intente evitarlo es porque en ambos hay inteligencia que les induce a mantener la especie, uno cazando, otro huyendo. ¿Quién les enseñó esto? ¿Quién les enseñó la “necesidad” de intentar conservar la especie? Cambio la pregunta: ¿Qué les enseñó estas reacciones? Está claro que en el origen no pudo ser algo genético, pues sus genes no eran heredados. A partir de poder transmitir sus experiencias (transmisión genética porque ni hablan ni escriben) las sucesivas generaciones lo tuvieron más fácil.
De nuevo dejo sobre el tablero algunas situaciones confusas y necesarias de aclarar para consolidar nuestros respectivos axiomas de partida en los diálogos. Seguiremos con el Ser Humano, en el que todo esto se complejifica bastante con esa nuestra maldita capacidad de PENSAR.