Vueling

sábado, 28 de marzo de 2009

DIALOGOS

de Incongruente a febade
Te debo alguna contestación y hoy la intentaré.
Hemos acordado que dejando el concepto del tiempo científico aparcado, negamos de común acuerdo la existencia del tiempo filosófico. Si entiendo el tiempo filosófico el medio que nos inventamos para medir la evolución en la materia, indiscutiblemente nunca podré ni negar ni dudar de la existencia de esta, ya que como receptor de sensaciones que soy, “siento” la materia y no solamente la siento, sino que la materializo en mi cerebro. Esto, como decía Platón, es un fácil trabajo para mi imaginación, pero hay algo que le da una nueva dimensión. Un indígena, situado al otro extremo del mundo y con el que jamás tuve contacto, si alguien ajeno a él y a mi, nos hiciese mirar un determinado árbol y luego nos lo hiciese dibujar, ambos dibujaríamos el mismo dibujo, más o menos claro. Para mí, este fenómeno de coincidencia es demasiado contundente como para permitirme dudar de la existencia de la materia. Por tanto, siempre existirá la materia para este pobre pensador.
Luego comentas algo sobre “energías más sutiles”. ¡Ah, amigo! Acabas de abrir la caja de pandora de mi idea de la procedencia del Universo. Ahora no podría abrir ese nuevo debate, porque creo que aun andamos debatiendo el anterior.
Pero estoy observando dos curiosas realidades, leídas todas las intervenciones hasta ahora: 1ª ¿Por qué nos es tan difícil mantener un diálogo exclusivamente sobre un único concepto y enseguida, para explicar algo, metemos nuevos y muy complejos conceptos? ¿Cuáles?: Tiempo, Universo, Dios, Relatividad, Materia, Energía, Ser humano, Creación, Leyes…
2ª: Me mantengo en una afirmación que me dije hace muchos años, hay tantos Dioses diferentes como seres humanos pensando en un único Dios. ¿Genética? ¿Formación? ¿Imaginación?

DIALOGOS

Introducción de Anuskirrum
He llegado aquí por casualidad, y casi sin tiempo de leer más, lo leído me ha encantado.
"Facilitar el camino a los que vienen... y preguntarnos siempre, esa es la cuestión. La existencia de Dios se convierte en verdadera cuando pensamos en El, realmente cuando somos quien nos ha creado, quizás.
Hay maneras de explicar algunas cosas que transmiten y clarifican, convirtiendo una teoría en pequeños espacios de reflexión.
La capacidad comunicativa para mí es muy valiosa, y solo con este pequeña entrada que he leído, me basta para tener ganas de leer más.

Enhorabuena por ese don, seguiré leyéndote.
Un saludo

jueves, 26 de marzo de 2009

DIALOGOS

Aportación de Antono Ansias Albizúa

Porque el ser humano es el autor de su propia vida, no "será" un día su propio dios, "es ya" su dios. Sólo él,el ser humano, es quien encauza su vida porque es él quien vive el bien y el mal en una armónica sintonía de opuestos en el tiempo eterno de su presente y en la serenidad entre vida y muerte. Por ello, si las religiones quieren ser tales, sólo pueden ser la imagen y el signo colectivo de esta sintonía y la sociedad si se precia de tal, sólo puede ser el "altruismo recíproco" en la compasión de la conciencia cósmica.Felicidades por tu blog.

lunes, 23 de marzo de 2009

EL CRISTAL CON QUE SE MIRA



Es anochecer de tonos grises, apático, monótono, quizás hasta algo absurdo pero, sobreponiéndome al desastre, sigo caminando por la acera, obligado camino y caminar que, como el agua del río, siempre me conduce al mismo punto, al café de la esquina anónima; allí donde tantos otros van cada noche a ... ¿a qué? ¿a dejarse la vida a jirones sobre esas sillas de hierro forjado?, siempre colocadas en la misma posición, no sé si por un profundo e incomprendido capricho del dueño o porque su peso no nos permite moverlas.

Sí, camino cansado de no saber donde ir, malgastando el poco cuero que aún le quedan a mis zapatos, como si levantar mis pies al caminar fuera un problema de equilibrio; aunque puede que lo sea, más mental que físico, que la monotonía de la línea de mi horizonte mental se pierde en la niebla que poco a poco se va levantando, mientras avanzo hacia la nada.

A medida que me acerco, busco con la mirada al que sé que ya nunca volverá; no me importa, seguiré haciéndolo, seguiré creyendo que tras alguna farola, perdido en la nebulosa de su opaca luz, él se encuentra escondido, como tantas veces me hiciera aquellos años que anduvimos intercambiando recuerdos, esperanzas, ambiciones, sueños flotando entre las notas del viejo blues que tanto nos gustaba oír en nuestro viejo café; entre el humo nostálgico de nuestros cigarrillos, perdidos el tiempo y la razón porque, cuando se está con un gran amigo, que poco importa lo demás.

Ya llego si, otra noche que no aparece y, encogiéndome de hombros, abro la puerta y entro, dejándome llevar por mi desganada inercia a la misma mesa, a la misma silla, y espero pacientemente que me traigan mi eterno café, mientras dejo que mis pensamientos se mezan al compás del blues que siempre suena; al final me volveré a hacer la misma pregunta: ¿Para esto he luchado toda mi vida y he llegado a esta edad?

sábado, 21 de marzo de 2009

DIALOGOS

Intervención de Morgan


Yo creo mi querido amigo, que un día el hombre será su propio Dios, tal vez en un futuro no muy lejano.
Cuanto más evolucionamos, mas fuerte es nuestra convicción de que el hombre no necesita un ser superior para encauzar su vida, al menos en mi caso.
Tal y como está el mundo, no creo en un Dios justo ni despiadado.
No puedo creer en un ser universal que se supone todopoderoso, si hay niños que son violados, maltratados... y ese Dios supremo los abandona a su suerte.
Y menos en una Iglesia que pretende que sigamos en la Edad media, borregos e incultos sin capacidad de decidir sobre nuestras vidas.
Dios no dirige la mia, lo hago yo misma con mis aciertos y mis equivocaciones.
Dios no va a curar el tumor que tengo en mi rodilla, lo hará la ciencia y los médicos que durante siglos se jugaron el pellejo para acceder al conocimiento.
Dios no bajará a ayudar a mi hija a ser feliz y una persona decente, lo haremos sus padres educándola con amor.
Pero si creo que estamos aquí por un fin.
Ser felices y putear lo menos posible al que está al lado.
Espero haber logrado ese objetivo cuando repose muy vieja y arrugada en mi cama y recuerde como fue mi existencia.
Y desde luego, cuando perecemos, seguimos vivos en el alma y la memoria de aquellos que más nos han amado.
De eso sabemos mucho tu y yo verdad Alejandro ?

Un besazo desde mi retiro literario, como ves he sacado uno minutos para tí.

DIALOGOS

febade a DGP

En ningún momento digo lo contrario, lo que yo digo es que existen una reglas o, como tú la llamas, una lógica. ¿Que esa lógica no tiene por qué seguir nuestra propia lógica? Por supuesto, pero lo que está claro, lo que para mí es importante es que gracias a esa lógica a la que te refieres, yo soy como soy y no de otra manera. El mundo lo entiendo gracias a mi percepción relativa, pero existe gracias a unas leyes, a una lógica.
En otro tipo de creación (con leyes diferentes), en otro Universo, mi percepción seguiría siendo relativa, pero diferente a la que tengo ahora, ya que las leyes que compòndrían ese otro Universo, las entendiese o no, no serían las mismas.
Un saludo

martes, 17 de marzo de 2009

DIALOGOS

Contestación a Blanca de Incongruente

Hoy intentaré comentar tu aportación, Blanca, si me lo permites, pues aunque avanzas mucho en mi idea del desarrollo de este diálogo y te saltas algunos peldaños que me gustaría tocar, no quiero que pienses que no tengo en cuenta tu opinión.
En medio de tu opinión, te haces una interesante pregunta: ¿Existe Dios?. Bien, mi contestación es clara y para nada relacionada con mis potenciales creencias. Dios existe desde el mismo instante en que tu mente “piensa” en Él. ¿Por qué? Me preguntarás. ¿Es que acaso también existen los monstruos que de pequeñitos hemos creado en nuestras imaginaciones? Y te sigo contestando: De la misma forma, y lo hago contundentemente, porque entiendo que tú, como yo, somos un “pensamiento” de alguien o algo. Al igual que el universo donde residimos.
Yo puedo ser un monoteísta, un politeísta, un ateo, un panteísta…, pero lo que sí tengo muy claro es que sean mis ideas las que sean, lo que si es cierto es que existo como ser pensante y no me he autocreado. Alguien, uno o mil dioses, algo, como el propio universo (panteísmo) me han puesto en una parte de mi cuerpo un mecanismo que me hace pensar, idear, imaginar y siempre me he preguntado: ¿Para qué? ¿Para aprender a sumar y restar? ¿Para conocer y ponerle nombre a las galaxias? No, como objetivo, me han puesto ese mecanismo para “entenderlo todo”.
El proceso perfectamente pensado es que siempre estemos preguntándonos: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Dónde? ¿Quién? Mientras no hemos sabido contestarnos, le hemos echado las culpas a uno o varios dioses. Al principio esos dioses eran más cercanos a nuestra imagen, pero a medida que avanzan nuestros conocimientos, esos dioses se van “idealizando” hasta los extremos actuales. Y seguimos haciéndonos la misma pregunta: ¿Existe Dios? Y yo sigo contestándome: Aun no tienes los conocimientos necesarios para descubrirlo, pero sigue por el camino de preguntar incansablemente y poniendo todos los medios que tienes a tu alcance para ir conociendo y terminarás por contestarte. Puede que nosotros no, pero haciendo lo que hacemos, les facilitamos el camino a los que vienen y milímetro a milímetro vamos avanzando hacia la Verdad.
Blanca, ¿te has preguntado alguna vez por qué una gacela huye del león cuando lo huele? Entiendo que estarás de acuerdo que la gacela es un producto de la evolución y que, como tal, tuvo un origen. ¿Desde ese origen la gacela “teme” al león? Si existiese un dios creador, la respuesta sería bien fácil: así lo quiso y así los creó. Pero si no existe ese tal dios o, si existe, no interviene para nada en su obra ya creada, entonces debemos entender que las gacelas han “aprendido” a temer al león por instinto de conservación (no cometamos el error de preguntarnos ahora de donde sale ese instinto de conservación… pues no acabaríamos nunca).
Pues a nosotros nos pasa lo mismo, a medida que evolucionamos vamos “aprendiendo” y ese aprendizaje lo vamos trasmitiendo genéticamente, de manera que cada vez que nace una nueva generación, lo hace con una memoria más completa, más llena de información y esa información es la que va tirando por los suelos esos ídolos de barro que nuestro desconocimiento fue erigiendo a lo largo de los siglos.
¿Tirará por los suelos el conocimiento total al último dios posible? Por ahí ando deambulando sin saber qué contestar.

DIALOGOS

Aportación de DGP

Relativismo...
La única forma de ver el mundo que me ha ayudado a entenderlo de una manera más o menos convincente.
Incluso la más que probada materia (expresión mínima de toda cosa) puede esconder y seguro que esconde incontables secretos que jamás podremos encontrar ya que la lógica de las cosas no tiene porqué seguir nuestra propia lógica. ¿no crees?
Enhorabuena por tu blog.Saludos.

viernes, 13 de marzo de 2009

DIALOGOS

Intervención de febade

A nivel filosófico estoy totalmente de acuerdo contigo.
Si hablásemos de Plank entraríamos en conceptos demasiado caóticos. Aunque reitero en un punto ¿El ser humano existe realmente? ¿La materia existe? y si es así ¿no se debe a que estamos compuestos de energías más sutiles? ¿Y estas energías más sutiles no contienen en sí mismas unas reglas? Estas reglas, tanto a nivel filosófico u otra forma de pensamiento, poseen un nombre y una experiencia para que podamos entender y vivir la vida a la manera que lo hacemos, para que la vida no carezca de coherencia, pero estas reglas son fundamentales para conocernos a nosotros mismos y saber por qué somos así y no de otra manera.
El cerebro antes que materia es energía, un compuesto de diferentes energías compuestas y aglutinadas hasta tal punto que son sólidas, palpables y visibles al ojo humano. Para comprender por qué somos lo que somos debemos indagar en las leyes que nos han hecho así.
Un saludo

martes, 10 de marzo de 2009

DIALOGOS

Intervención de Incongruente:
Yo vuelvo a repetirte, Simón, que existe todo aquello que es susceptible de ser imaginado, todo lo que nuestro pensamiento es capaz de idear, pero cuando yo hablo de existencia, solo me estoy refiriendo a la realidad palpable, tangible, medible, ya que todo lo demás es posible gracias a nuestra mente. Si me dices que el tiempo del que tú hablas es el tiempo científico y no filosófico, hablemos del tiempo científico. Para mí ciencia es la suma de los conocimientos que se obtienen mediante dos funciones sensoriales, la razón y la utilización de nuestros sentidos: vista, oído, olfato y tacto de todos los fenómenos naturales. Y en esta definición meto la psicología, ya que estudia el comportamiento del cerebro y, mientras que no se demuestre lo contrario, el cerebro también es físico.
Sin embargo, también se le llama ciencia a las pobres Matemáticas y… ¿lo son? Pues yo entiendo que no, que las matemáticas, mientras no me demuestren lo contrario, no estudia nada físico, ningún fenómeno natural; las matemáticas son una filosofía, una forma que se ha inventado el ser humano para poder “medir” los fenómenos físicos. Es curioso, y desde siempre me lo he preguntado, por qué la llaman ciencia exacta, cuando aun en nuestros días, cada vez que mido la longitud de una circunferencia, sé taxativamente que estoy haciendo una medición “ERRONEA”, perdón, inexacta es más correcto, pues alguien que todos conocemos se inventó una cierta constante “pi” con la facultad de convertir en inexactos todos los cálculos donde las utilizase el ser humano. Pues con esa constante, y algunas otras más, de mayor envergadura de inexactitud, me han demostrado científicamente muchas cosas, entre ellas la existencia del límite de la velocidad de la luz. Pues yo te pregunto, ¿Por qué ningún científico ha querido explicar que la relatividad del tiempo es una conversión asintótica de la velocidad de la luz para mantenerla inalcanzable.
Si nos metemos en estos terrenos, la física, difícilmente nos podremos poner de acuerdo, además de que mis conocimientos son bastante pequeños, pero preferiría no hablar de Einstein y sus teorías y, en todo caso, hablemos de Plank, aunque yo me mantendría a nivel filosófico, mas de andar por casa y entretenido. Por eso, no consideraré la parte científica del tiempo y me mantendré en negarlo filosóficamente.

lunes, 9 de marzo de 2009

DIALOGOS

Intervención de febade
Las diversas dimensiones en las cuales nos movemos son también relativas desde el punto de vista humano, por ejemplo la profundidad, lo que para uno esta cerca para otro lejos etc. Pero lo que es indiscutible es que existe la dimensión. La cualidad que hace posible esta interpretación espacial existe por si misma lo que es harina de otro costal es la interpretación que nosotros hagamos de ella. El tiempo, como dimensión, como característica ,existe, en cambio su interpretación, bueno, eso ya es otra cosa. Y es ahí, en esa interpretación de una cualidad que existe, en donde (creo entender) tu sitúas el tiempo.
Imaginemos una plancha de hierro sometida a una vibración constante, ahora espolvoreemos limaduras de metal por su superficie. El resultado es la formación de una imagen, pues bien, esa imagen es lo que yo llamo concepto (sujeta a diversas interpretaciones), y a la vibración dimensión.
Para más datos Incongruente solo decirte que el Tiempo es discreto, quiero decir, está codificado en paquetes indivisibles, y esto está probado científicamente. El movimiento existe porque existe el tiempo, incluso el átomo se mueve, aunque de manera caótica o incomprensible para el cerebro humano. El tiempo es una cualidad en nuestra creación, una dimensión demostrada científicamente. El tiempo del ser humano es relativo e incluso puede llegar a parecernos una ilusión, lo que no impide que el tiempo como dimensión exista.
Lo siento pero esta discusión forma (en mi opinión ) dentro del ámbito filosófico. No debemos de confundir nuestra apreciación (del tiempo), de algo que existe realmente (el tiempo a nivel científico y no filosófico)
Un saludo

sábado, 7 de marzo de 2009

DIALOGOS

Aportación de Blanca Miosi
Hablar de Dios implica hablar de religiones, aunque no necesariamente se pertenezca a una.
Las religiones nacieron a la par que la evolución mental del hombre, cuando cayó en cuenta que para evitar responsabilidades era preferible crear un ser que fuese el que diese las pautas a las normas de vida. La figura del jefe está ligada a la del brujo de la tribu y así ha continuado hasta nuestros días.
A medida que el hombre se ha ido deslastrando de creencias dogmáticas fue despertando a una nueva conciencia: ¿Por qué estamos aquí? ¿Será verdad que fuimos creados por un ser superior? ¿Somos producto de la evolución? Y entonces aparece la pregunta inevitable: ¿Existe Dios?
Mucha literatura se ha escrito al respecto, incluso de gente que afirma haber regresado de la muerte, me refiero a que fueron considerados muertos por los médicos y por razones poco claras regresaron a la vida, y casi todos afirman haber visto una “luz” o algo similar a lo que diría cualquier católico o creyente en alguna religión que glorifica la muerte como un encuentro con el Ser Supremo. Curiosamente es así. Los agnósticos no tuvieron la misma visión. ¿Se debe ello a que unos son premiados por ser creyentes y otros castigados por ser ateos? Pregunta que también entra dentro del terreno religioso, y es que es casi imposible desligar una cosa de la otra, puesto que la creencia en un Dios y el nacimiento de la inteligencia van parejas.
También es cierto que se ha comprobado científicamente que en el momento de la muerte, nuestro cerebro libera una hormona que tiene el efecto contrario a la adrenalina, que hace la transición hacia la muerte menos traumática. Un elemento de defensa, y que actúa conforme nuestras creencias. (Paraíso, Nirvana, Infierno, etc.)
Para poder opinar sobre la existencia de un dios deberíamos primero dejar de saber que existe uno. He dicho “saber”, no “creer”. Una vez que a un individuo se le ha machacado desde su nacimiento la existencia de un dios, difícilmente podrá opinar sobre algo que le han inculcado que existe. Si tuviéramos la mente libre de creencias podríamos hacernos la pregunta: ¿Qué es dios? ¿Y existe? Sería más justo.
Interesante tema, Alejandro o Incongruente, como prefieres que te llamemos, pero al mismo tiempo árido e inacabable. Yo seguiré viviendo como hasta ahora: cuestionándome todo sin aceptarlo a ciegas.
Un saludo,Blanca

miércoles, 4 de marzo de 2009

DIALOGOS

1ª intervencion de Incongruente
Ante el silencio de cualquier otro lector de mi blog de enviarme su carta de presentación, inicio los diálogos, por si alguien se anima a opinar.
Ahora, haré referencia a tus conceptos filosóficos, febade. En tu carta de presentación tocas diversos temas y para no complicar las cosas, me limitaré solo a uno de ellos, al que creo es más fácil como comienzo de nuestros diálogos, EL TIEMPO. Tu primera referencia es: “La eternidad, para mi, es un estado donde el tiempo no existe”. Segunda referencia: “la eternidad discurre... un lugar que no posee ni principio ni final, un lugar o estado así carece de tiempo, y sin tiempo nada es posible. Cualquier pensamiento que tengamos posee un principio y un final, la eternidad no, la eternidad ES. Por lo tanto la idea de la creación del universo tiene que proceder de un lugar infinito o, por lo menos, de un lugar donde el tiempo cohabita con la voluntad creadora”. Tercera referencia: “Naturalmente el tiempo es relativo y para nosotros, para el ser humano, ese estado de coincidencia puede ocurrir dentro de trillones de años, pero ocurrirá”. Cuarta y última referencia: “Sé que muchos científicos alegarán en mi contra que: "en realidad existen universos, dimensiones, donde el tiempo no existe, la dimensión del tiempo NO EXISTE”.

Como puedes comprobar, en ningún caso has querido o sabido definir algo tan importante en tu conceptualización filosófica como el tiempo. Creo que deberías haber partido de una definición, más o menos precisa para luego deducir si su existencia es o no en tus otros conceptos. Me explico

¿Qué es para mí el tiempo? Es una dimensión necesaria, pero no para un Dios, ni para un Universo... ¡No! es necesaria para mi cerebro. Soy, y espero que tú también lo creas así, un “producto” del Universo y, como tal, compuesto de “algo” y materia. Por ahora dejemos el “algo” aparte, para no liarnos más y, parémonos en la materia. Puedo demostrarte y lo haría si fuese este el motivo del diálogo actual, que el ser humano razona con una parte material de su cerebro, así como memoriza con otra. Imaginar, pensar y sentir podemos dejarlo aparte también. Ya que la razón es la que nos lleva a discernir entre los diferentes “elementos” que componen el Universo, usando para su comprensión nuestra memoria; analicemos esta parte solo.

Una pequeña demostración de que la razón es puramente física, es que todos los seres vivos, razonan, y su razón es la que les ha llevado a “adecuarse” a los cambios de los hábitats donde viven, excepto en aquellos casos en que esos cambios han sido tan rápidos que la razón no ha tenido tiempo de hacer que sus organismos evolucionen para adecuarse al nuevo sistema de vida. La razón, para mi es un simple procesador que tenemos en el cerebro y que utilizando las bases de datos que nuestra memoria, guarda unas veces por acumulación de vivencias a lo largo de sus vidas y otras por recepción genética, estudia las nuevas necesidades de nuestros cuerpos y poco a poco lo va haciendo evolucionar, utilizando los medios de que dispone. El ser humano, ser vivo como los demás, pero con un mayor grado de complejificación, “ha descubierto” que le es más fácil adecuar a su sistema de vida el hábitat que adecuarse él al hábitat donde vive. No entremos ahora en esta potencial discusión, aunque podemos guardarla para posteriores diálogos.
Volvamos al tiempo. El tiempo es una dimensión porque mide... el proceso evolutivo de los millones de cambios que se van produciendo en el Universo. Pero, el quid está en que el TIEMPO solo vale para medir un cambio y mientras que no se demuestre lo contrario, solo cambia aquello que tiene entidad física, la materia. Luego, el tiempo es una consecuencia de la materia.
Aquí podrías decirme: Te has pasado tres pueblos, Incongruente, pues no solo cambian las cosas físicas, también cambian los pensamientos, los sentimientos, los sueños...
Y de nuevo, el insistente de Incongruente te contesta: ¡No señor, no estoy de acuerdo! Los pensamientos, los sentimientos, la imaginación no cambia, es nuestro cerebro el que, al estar hecho de materia, para “entender” lo que piensa, sueña e imagina, tiene que hacerlo ESCALONADAMENTE, PROCESALMENTE, o, como mi maestro decía, SECUENCIALMENTE.

No podemos razonar nuestros propios pensamientos si no lo hacemos con nuestro cerebro que, al estar hecho de materia, necesita poner las cosas una detrás de la otra. Te pondré un ejemplo: Cierra tus ojos y piensa en un tren con el cuarto vagón de color amarillo, entrando en un túnel. Primero la máquina se acerca a la negra boca del túnel; poco después ya casi medio tren ha sido engullido por... ¡Alto ahí! Y paras tu pensamiento y la imagen que de él tienes en el cerebro. En este momento estaba entrando en el túnel ese cuarto vagón de color amarillo. Es curioso, has sido capaz de pensar en el instante en el que entraba el vagón amarillo en el túnel y NO TE HAS DADO CUENTA de que acabas de parar el tiempo en tu mente. Tu mente no necesita el tiempo para pensar, lo necesita tu razón para “entender” a tu mente. Pues si piensas en un Ser que no tiene nada material, comprenderás que para Él el tiempo no existe pero existe todo “AL MISMO TIEMPO”, porque su mente atemporal lo puede entender así. Ahora espero tu “torpedo” para intentar hundir mi Titanic.

Parte de una intervención escrita que tuve cuando tenía veinte años y cursaba estudios, en un encuentro de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.

“...Pocas personas, sean científicos, filósofos o libre pensadores, como es nuestro caso, cuando reflexionan sobre el concepto del tiempo y, en dicho concepto meto el pasado, presente y futuro, no tienen en cuenta los medios que utilizan para reflexionar y en mi opinión, los medios que disponemos son como son y funcionan como funcionan. Me explicaré.

Pensamos abstractamente. Quiero aclarar que nuestro pensamiento no necesita del tiempo para desarrollarse y, posteriormente, razonar. Es en ese momento, cuando razona, el instante en el que necesitamos de una "ayuda especial", el tiempo, que hemos “inventado” para poder procesar nuestros pensamientos y, además, necesitamos utilizar los únicos medios que tenemos para convertir los resultados de nuestro razonar en realidades. En realidad, nuestra memoria guarda la información en pequeños paquetes de información que inexorablemente son secuenciales; van unos detrás de otros. Pero no porque sucedan secuencialmente, sino porque nuestro cerebro funciona así. Lógicamente, cuando tiramos de la memoria para razonar, la información la recibimos secuencialmente y, por tanto, ligada al tiempo.

Pensemos, por un momento, en cualquier sueño de los muchos que hayamos podido tener en nuestras vidas. Mientras soñamos, no existe el tiempo, lo hacemos atemporalmente, ya que nuestro pensamiento está fuera de la realidad tangible, es inmaterial y, mientras no haya materia no habrá tiempo. Solo usamos el tiempo en nuestros sueños cuando hacemos referencias o queremos materializar los sueños, pero, puedo estar al mismo tiempo viendo el Big Bang y también viendo desaparecer el universo; y lo puedo hacer en el mismo instante, pues no necesito usar el tiempo. Bien, supongamos un ser que tiene la facultad de soñar y, al mismo tiempo (paradoja gramatical) hacer que sus sueños se realicen. Desde su visión del sueño, todo ocurre en el mismo acto. Para él, el pasado, presente y futuro de su sueño es un único presente. Sin embargo, para nosotros, que formamos parte de ese sueño, las cosas ocurren secuencialmente. Existe entonces el tiempo?. No, no existe; ni para el que sueña ni para el soñado, pero, el segundo, que forma parte de un proceso evolutivo y que, además, está formado por psique y materia, su parte material evoluciona y necesita del tiempo para procesar dicha evolución.”

Como puedes ver, en poco ha cambiado mi idea sobre el tiempo.

domingo, 1 de marzo de 2009

DIALOGOS

CARTA DE PRESENTACION de Incongruente

Para dar una idea general de mi pensamiento, asentaré mis bases filosóficas en una sola afirmación: soy tomista. Para aclarar. Pienso que existe un Dios creador y no creo en él, lo intento razonar. Expondré mis motivos, creo que puramente racionales.
¿Por qué de una afirmación tan contundente? Por sentido común. Me explicaré. Dios solo tiene dos opciones: a: Existe. B: No existe. Si la vía agnóstica fuese la correcta, esta vía me lleva a una situación muy clara. No puedo demostrar la no existencia de algo, por dos motivos: a: porque no tengo los conocimientos necesarios. b: porque al no existir no tiene justificación la negación de su existencia. Pero aun hay una vía más. Cuando me muera, morirán conmigo todas mis ideas y, por tanto, también mi negativa a la existencia de Dios. (Entiéndase por Dios un Ser creador de todo) Y así será porque Dios no existe, pero…

¿Y si cuando muera “descubro” que no todo se acaba en ese momento? ¿Y si en ese instante toma mi consciencia constancia de la existencia de un Ser superior? ¡¡¡Pues vaya momento elige para demostrármelo, cuando ya nada puedo hacer!!! La cara de imbécil que se me puede quedar hará reír hasta las palmeras de Jericó.

Explicado el por qué mi lógica me “está pidiendo a gritos” que piense en que la existencia de Dios es lo más “lógico”, me pongo a “imaginar” como será ese Dios y el por qué de todo lo demás.

Aquí empieza mi tomismo. Como base de partida se debe entender que “imaginar” un Dios posible tiene que dar como resultado un Ser que pueda tener cabida dentro de mi raciocinio, pues, de no ser así, nunca podría llegar a imaginarlo. Sabiendo esto de antemano y desconociendo qué virtudes y defectos puede tener un Ser tan extraordinario, no me queda más remedio que “usar” como vehículo de acercamiento la propia obra que entiendo fue creada por Él y, entendiendo las virtudes y defectos de la obra, puedo tener un cierto fundamento de las “propiedades” del Creador.
Para ello, solo tengo una cosa, El Universo y lo que hasta el momento conozco de él. Ahora ya solo me queda explicar qué pienso sobre el Universo del que formo parte, tanto en su continente como en su contenido y, con ello, limito bastante el posible diálogo sobre Dios, Todo, Ser creador, Alá, Amaterasu OoKamisama, Yavé… o como queráis llamarle.

DIALOGOS

Con el presente título, pretendo crear en mi blog un diálogo entre todas aquellas personas que, habiendo entrado en mi blog, quieran dejar sus opiniones sobre el tema o temas que tratemos. Estas intervenciones irán dentro de una etiqueta denominada: "DIALOGOS" y para poder moderar las opiniones deberéis dejármelas escritas en mi correo. Las leeré y trasladaré a este foro para que puedan ser leídas por todos los seguidores del diálogo.
Entiendo que la introducción de cada participante, antes de entrar en discusiones sobre el pensamiento escrito de los demás, deberá ser una especie de CARTA DE PRESENTACION en la que cada cual deberá dejar claras sus hipótesis de partida sobre los temas a tratar.
Aclarado todo, dejo a continuación la CARTA de PRESENTACIÓN de mi buen amigo y promotor de la idea de estos diálogos, febade, o Simón Cabo, según queráis ser conocidos. Yo seguiré con mi nick de Incongruente, como bien me define.
CARTA DE PRESENTACION de febade
Intentaré resumir un poco mis pensamientos.

No creo en un Dios antropomórfico, más bien creo en una energía, en un principio donde todos los conceptos con los que se expresa el ser humano se aúnan en un todo, y donde estos mismos conceptos pierden su significado.

A este principio lo denomino "Coherencia". Una energía capaz de dar significado y forma a las cosas.
Ahora bien, muchas veces hemos oído hablar de que Dios es eterno, pues bien, no lo entiendo. La eternidad, para mi, es un estado donde el tiempo no existe, donde la voluntad no existe.....DONDE LA NADA EXISTE. El pensamiento discurre... la eternidad discurre... un lugar que no posee ni principio ni final, un lugar o estado así carece de tiempo, y sin tiempo nada es posible. Cualquier pensamiento que tengamos posee un principio y un final, la eternidad no, la eternidad ES. Por lo tanto la idea de la creación del universo tiene que proceder de un lugar infinito o, por lo menos, de un lugar donde el tiempo cohabita con la voluntad creadora.
El infinito no siempre ha sido así, debido a que el infinito ha tenido que tener un principio. La eternidad NO.

No se si me estoy explicando muy bien y disculpa si encuentras alguna incoherencia (espero que no)

Multitud de religiones sitúan el principio de la creación en la "voluntad" y de ahí parten hasta la materia, hasta lo real.

Alejandro, imagínate que el universo se repitiera, es un hecho que de ser así volveríamos a ser las mismas personas, los mismos acontecimientos, los mismos hechos ¿Por qué?..........

Ahora imagínate una máquina tragaperras de esas que hay en las cafeterías. Después de cientos de combinaciones llega un momento en que se forma una línea igual de imágenes. Lo mismo pasaría con nosotros. SI LA MATERIA NI SE CREA NI SE DESTRUYE LLEGARA UN MOMENTO DONDE TODO SE REPETIRA, DONDE TODAS LAS COMBINACIONES VOLVERAN A COINCIDIR Y A FORMAR DE NUEVO ESTE UNIVERSO QUE CONOCEMOS. Naturalmente el tiempo es relativo y para nosotros, para el ser humano, ese estado de coincidencia puede ocurrir dentro de trillones de años, pero ocurrirá.

Por lo tanto y para mí: Dios (llámese como se quiera) procede de un lugar donde está limitado por el tiempo, luego, sólo es omnipotente en su creación. Nosotros volveremos a él. A Dios lo envuelve la eternidad y esta marca sus límites.
Sé que muchos científicos alegarán en mi contra que: "en realidad existen universos, dimensiones, donde el tiempo no existe, la dimensión del tiempo NO EXISTE.
Es cierto, pero no me importa pues como teoría o hecho abstracto está bien, pero no me sirve para explicar la creación del mundo donde existo. Si hay otros mundos Dios no habita en ellos, o por lo menos no un Dios que dependa del tiempo para su creación.

¿Para qué existimos?

Quizá nos damos demasiada importancia a nosotros mismos. El ser humano posee un cáncer, y esta enfermedad no es otra que la conciencia. Ahora bien, el cerebro en sí mismo no es nada, es sólo en potencia. Nosotros somos lo que somos y sabemos lo que sabemos y evolucionamos; porque utilizamos la información de miles de años de evolución. Si pusiéramos a una persona desde su nacimiento hasta su muerte encerrado en una habitación, su cerebro sería comparable al de un animal. Por lo tanto lo único que sabemos a ciencia cierta es que nuestro cerebro es potencial. ¿Hasta dónde podemos llegar? esa es para mí la pregunta fundamental y en la que se basa la existencia humana. No es lo que hacemos, sino lo que podemos llegar a hacer.


Naturalmente ahí entran cientos de posibilidades, cada cual más fantástica, pero..., ¿posibles? Yo creo que sí.