Porque el ser humano es el autor de su propia vida, no "será" un día su propio dios, "es ya" su dios. Sólo él,el ser humano, es quien encauza su vida porque es él quien vive el bien y el mal en una armónica sintonía de opuestos en el tiempo eterno de su presente y en la serenidad entre vida y muerte. Por ello, si las religiones quieren ser tales, sólo pueden ser la imagen y el signo colectivo de esta sintonía y la sociedad si se precia de tal, sólo puede ser el "altruismo recíproco" en la compasión de la conciencia cósmica.Felicidades por tu blog.
jueves, 26 de marzo de 2009
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