Vueling

domingo, 30 de marzo de 2008

HOJAS MUERTAS CAEN


Hojas muertas caen, desde tu piel marchita,

Escamas blancas, recuerdos de mi perdida memoria

Que planean, levitando sobre el incierto suelo

Queriendo evitar que el olvido las absorba.

Hojas muertas caen ante mis dolidos ojos

De una piel que antaño era mi pasión, mi vida

Y cada una se va llevando la historia

De todo lo que fue y seguirá siendo

Mi vida, mi ilusión, mi libertad, mi memoria.

Hojas muertas caen, desnudando tu esperanza

Viendo incumplir los sueños que ambos nos forjamos

Viendo derramar la vida de entre nuestras manos

Envejeciendo juntos, escribiendo nuestra historia

Desolador paisaje el que la vida me muestra

Nunca supe entender que la vida es solo un trance,

Que Fausto fue una entelequia, un esperpento


Y en su espejo nos miramos todo nuestro tiempo

Hojas muertas caen, desde nuestra piel marchita

Desnudando nuestros cuerpos de vanidad absurda

Dejando nuestras almas limpias de recuerdos

En donde escondimos juntos la efímera belleza

Que nos convirtió en falsos ídolos de barro.

¡Dejémoslas caer! Ocultaban nuestras caras.

miércoles, 19 de marzo de 2008

VIAJE A NINGUNA PARTE


Navego por el espacio, sin fijar mi rumbo, desconcertado de tanto por ver, tan maravillosamente absorto en el espectáculo que se va presentando ante mí, que no quisiera seguir sin dejar alguna constancia de ello.

¿Por donde empezar?. ¿Qué describir?. ¿Qué admirar?. Es difícil entender que cuando no hay ni comienzo ni final, cuando todo es absoluto, cuando una parte del todo puede ser tan grandiosa que podría contener al todo del que forma parte, no importa donde se comienza un viaje, solo describir lo que me rodea, absorbiéndome e integrándome en él.

Pero ……. ¿quién soy?. Como siempre, lo olvidaba. ¡Tiene tan poca importancia el ser de quien contempla tanta grandiosidad!. ¿Quién soy?. Cualquier cosa insignificante, digamos ……… un corpúsculo de pensamiento con necesidad de sentir toda la belleza del Universo. Por eso, viajo desde la nada hacia el infinito y os lo cuento.

ETA Carina, curioso nombre para ese espectacular arácnido deslumbrante que aparece a mi derecha. En el centro, donde se le unen la cabeza y el cuerpo, late ese inmenso y potente corazón de energía y fuego, entre cárdeno y plata, que le hace parecer viva, dándole vida a la tela de araña que, durante tantos millones de años, estuvo tejiendo. Viro hacia su corazón y lo atravieso. ¡Soy tan pequeño!

¡Ah, visión paradisíaca aparece ante mí, cuando la cegadora luz de Carina queda a mis espaldas!. Es Monoceroti, Mon la llaman algunos, en la Constelación de El Unicornio. Queda muy cerca de Carina, a su derecha, un poco hacia abajo. Creo que es única esta supernova. Tiene forma de huevo en plena eclosión, de color entre grisáceo y marrón, dejándome ver su hipnótico, intenso e incandescente núcleo, rojo como el mismo infierno y en su centro ………… como una ostra ofreciéndome su más preciado tesoro, la más hermosa perla que nunca nadie pudiera contemplar. Derivo algo a mi izquierda, no quisiera interrumpir el amanecer de este nuevo sol que dará luz a todo lo que le rodea.

Y me acerco a la nebulosa El Cangrejo pero, antes de admirar tanta perfección, me paro a contemplar y describir, si puedo, a un pulsar que aparece sobre mi vuelo. Es de rojo intenso. ¡Tanto, que hasta mi pensamiento toma su color!. De forma helicoidal en su centro; es …… como contemplar el vuelo de los volantes de un traje de sevillana, bailando por bulerías sobre un escenario negro como la noche, como el abismo, como ese agujero negro de ahí abajo que, poco a poco me va absorbiendo. ¡Que espere un poco, que aun no llegó mi momento!. Me giro hacia mi izquierda y no puedo por menos que parar, aguantar mi respiración y dejarme mecer en éxtasis en el embelesamiento. Quisiera contemplar un momento esa fastuosa danza de fuego, sin música que la acompañe; jamás nadie supo poner música a baile tan bello, solo el propio Universo y a su ritmo bailan los neutrones magnetizados que componen este pulsar.

Al dejarme atraer por ese maléfico agujero negro, me quedo perplejo al observar a mi derecha algo casi milagroso, algo único, diferente a todo lo imaginado. Es un perfecto anillo de oro puro y, como incrustada en él y en todo su diámetro, la más transparente, fina, luminosa y perfecta esmeralda que jamás nadie pudiere contemplar; un océano calmo solidificado, como abrazándolo, montada al aire por un increíble joyero. Es la Nebulosa de El Anillo.

Y, mientras me dejo absorber, me duermo.

lunes, 10 de marzo de 2008

SIN MEMORIA



Camino despacio, sin destino, vacío el petate de cargas innecesarias, liviano, sin nada que buscar, ni que ocultar, limpio el pensamiento de proyectos, de dudas para elegir camino y, aun así, algo en el alma me reclama un destino, un rincón donde sentar mi quebrantado cuerpo y, entrecerrando los ojos, imaginar que estuve, que hubo un ayer, que alguien debí ser.

La memoria no es solo un almacén de recuerdos, una enorme y a veces pesada base de datos donde resolver dudas. No, antes que todo ello, la memoria es la garantía de que somos, que existimos, que lo que ocurrió ayer lo hemos vivido. Si, la memoria es nuestra señal de identidad. Pero… ¿y cuando se pierde? ¿Cuándo la vida nos la roba y luego, lentamente, nos la va devolviendo a trozos pequeños y desordenados?.

¿Nunca nadie sintió la sensación de no haber vivido, de estar en un lugar sin saber ni cómo, ni cuando, ni por qué, para qué?. ¿Alguien, alguna vez, se miró en un espejo y no reconoció la cara reflejada?. ¡Qué duro es comprobar que otros, totalmente desconocidos, saben de nuestra vida, de nuestros deseos, de nuestras necesidades, mucho más que nosotros mismos!. Al principio sorprende, hasta tiene un cierto sentido irónico y divertido, pero la continua sorpresa termina por corroer la fortaleza psíquica y, cualquier día, al levantar la mirada y comprobar que todo sigue siendo nuevo, desconocido; cuando la necesidad de saber, de entender, supera de tal forma nuestra capacidad mental, blummmmm, la mole se desploma y aparece la inseguridad, el desconcierto, y la continua duda se convierte en compañera de viaje hasta que la imposibilidad de calmar su avaricia nos hace caer en… camino despacio, sin destino, vacío el petate de cargas innecesarias…