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martes, 21 de abril de 2009

DIALOGOS

Intervención de Incongruente

Ante la pasividad vuestra, me veo en la necesidad de abrir nuevos frentes de diálogo.
En la apertura de estos diálogos, quise discernir, diferenciar o separar tres temas, entre otras muchas cosas porque cada uno de ellos creo que tiene entidad propia como para mantener un largo y discutido diálogo entre nosotros; estos eran, por orden “sucesorio”, el Hombre, el Universo y, finalmente Dios.
Pero observo que no somos capaces de separar estos tres conceptos, por ello, de nuevo intentaré centrar el tema en el Hombre, o Ser Humano, como mejor os parezca.
Ya hemos comentado las propiedades que debe tener la vida para que el portador de la misma pueda ser catalogado por nosotros como Ser Humano: Tener una parte física, otra anímica y, algo más. En este algo más es donde empiezan nuestras divergencias; inteligencia, pensamiento, memoria, imaginación, alma…, no sé cuantas otras cualidades pudieran ser pero, lo que sí sé, y creo que estáis de acuerdo, es que hay un “algo” que lo hace diferente.
Bien, mi opinión es que esa diferencia está en que el Ser Humano es el único portador de vida que tiene la facultad de “pensar”. ¿Por qué utilizo este verbo? Sencillamente, porque es el único que aglutina una serie de virtudes solo propias del Ser Humano: Imaginar, discurrir, idear…
La inteligencia está claro que es potestad de cualquier ser vivo, así como la memoria, ya sea porque es heredad genética o por que van vinculadas al hecho de vivir. Siempre utilizo el mismo ejemplo: Si pongo mi mente en el mismo instante en el que aparece sobre la tierra el primer ciervo y el primer león, está claro que solo hay dos posibilidades, que el león se lo coma y el ciervo desaparezca o que no se lo coma y el león se muera y desaparezca igualmente. Pero observamos irónicamente nuestro mundo y ¡oh, maravilla! Existen ambos al mismo tiempo. ¿Cómo fue posible tal milagro? Yo creo saberlo, pero me gustaría que vosotros le deis vueltas a la cabeza para discurrir qué ocurrió.
Lo que sí está claro es que ocurriese lo que ocurriese, el hecho comprobado de que ambos cohabiten y el uno intente alimentarse del otro y este intente evitarlo es porque en ambos hay inteligencia que les induce a mantener la especie, uno cazando, otro huyendo. ¿Quién les enseñó esto? ¿Quién les enseñó la “necesidad” de intentar conservar la especie? Cambio la pregunta: ¿Qué les enseñó estas reacciones? Está claro que en el origen no pudo ser algo genético, pues sus genes no eran heredados. A partir de poder transmitir sus experiencias (transmisión genética porque ni hablan ni escriben) las sucesivas generaciones lo tuvieron más fácil.
De nuevo dejo sobre el tablero algunas situaciones confusas y necesarias de aclarar para consolidar nuestros respectivos axiomas de partida en los diálogos. Seguiremos con el Ser Humano, en el que todo esto se complejifica bastante con esa nuestra maldita capacidad de PENSAR.

3 comentarios:

Verónica Valenzuela dijo...

creo mi querido Alejandro que has propuesto un tema demasiado complicado, profundo y visceral.
Te propongo otro:

Somos diosas las mujeres?

En la antigÜedad, las tribus estaban conformados en matriarcados.
Por qué dejó de ser así ?
Por qué no volver a serlo ?
Creo que la mujeres estamos mucho más preparadas para afrontar la vida solas que el hombre.
Mujeres que enviudadan y sacan adelante a varios hijos, madres solteras...
os dejo ésta reflexión.

Blanca Miosi dijo...

Hola incongruente, ante la pasividad tuya y no pasar por mi blog, he venido a invitarte a leer una historia diferente.

Un abrazo,
Blanca

Anónimo dijo...

Los animales piensan. Al menos he llegado a esa conclusion observando a los que he podido tener en casa. Lo que los diferencia de los humanos es que no son conscientes de ello, de que piensan. Y tienen memoria. Supongo que las gacelas primigenias la tenían bien desarrollada y al primer mordisco del león, supieron que tenían que correr más que él si querían salvarse del dolor. Dudo de que solo hubiera un ejemplar de cada animal. Si así hubiera sido .... adios fauna. Si nos creemos lo que dice el libro, provenimos del post-diluvio, y en el arca famosa había por lo menos un par de cada. (Portento de tamaño).

Lo que hace que el ser humano se diferencie de los animales es algo tan sutil que explicarlo me cuesta. Pero tambien es cierto que, a veces, creo que hay seres humanos que tienen mucho más de animales. Osea, sus bases genéticas siguen sin modificar desde la época de las cavernas.

Los animales hacen lo que tienen que hacer. Sin más. Los humanos podemos diferenciar y hacemos lo que no da la gana. Aunque algunos, muchos, jamás aprendieron a ser nada sino animales. Así les trataron y así tratan.

Bueno, no se si es demasiado largo.

Saludos.