Vueling

miércoles, 21 de enero de 2009

NO EXISTE EL TIEMPO



Esta es mi gran verdad, !No existe el tiempo!. Esa constante vital, incorruptible, indestructible, que mide todos los pasos de nuestras vidas, calcula con precisión nuestras acciones, nuestro nacer, nuestro vivir, nuestro morir; que cambia los paisajes, los transforma a su monótono capricho; de lento caminar, pero imparable; termina obsesionando nuestras mentes hasta cubrir de blancas canas todos nuestros pensamientos. !No! !No existe para mí! Lo he destruido. Lo he borrado de mi poderosa mente, de todos mis pensamientos.
Sentado en mi rincón, de nuevo estoy, lleno de soledad y en silencio, contemplo como en la clara noche, nieva sobre el desierto.
Descalzo sobre la nieve, vivo el momento; y no siento frío; todo es agradable para mi cuerpo.
Y tumbado en blanca soledad, contemplo el cielo, lleno de luciérnagas brillantes, en animado baile, mientras la nieve, sigue cayendo sobre el desierto.
Y vuelo sobre las rocas, acompañando gaviotas y otros vuelos; sobre un mar calmo y azul poso mi cuerpo. !Qué grande es mi libertad! !Qué gran momento!. Y me hundo en las frescas aguas; bailo en alegre danza con los peces, y me recreo.
Paseando por la hierba, verde y fresca, con el fuerte sol a mis espaldas, sin sentir su calor, tampoco frío, todo el paisaje contemplo.
Asido de la mano de mi abuelo; él aún es joven, no más de cinco años sobre su cuerpo; yo, luciendo mis canas ya me encuentro. Y le pregunto: Abuelo, ¿Qué es para ti el tiempo?.
Se para, se vuelve hacia mí, mira mis ojos, con profunda fijación, con pleno convencimiento.
¿El tiempo? No es más que la consecuencia de los que viven sin soñar, de los que viven muertos. No, querido nieto, ni existe ni, para mí, nunca ha existido el tiempo. ¿No me ves que, después de haber vivido tantos años, aun recién nacido me encuentro?

5 comentarios:

Blanca Miosi dijo...

Alejandro: Me gustó el monólogo. ¿Qué es para ti el tiempo? Es sólo una palabra que se la lleva el viento, inventada quizás por alguien que tenía apuro por envejecer.

Un abrazo,
Blanca

Rafael dijo...

Amigo Alejandro, el tiempo infinito es apenas un momento insignificante. Es un relato terriblemente bonito y enternecedor. Te ha quedado muy bien. Tu imaginación rompe las cadenas del tiempo que a otros arrastran al espacio reducido de sus pobres vidas. Espero que sigas sorprendiéndome.

Anónimo dijo...

Vaya, Alejandro, muy bonito. A fin de cuentas, para algunas personas en el tiempo se confunde ayer, hoy y mañana. Te ha quedado muy bien.

Te recuerdo que me debes cierta explicación sobre las musas ;P

Blanca Miosi dijo...

Estimado Alejandro: muchas gracias por visitar mi blog. Hice el cambio que me sugirió en mi cuento y se lo agradezco, pues ahora me doy cuenta que era un dato que faltaba.

Un afectuoso saludo,
Blanca

febade dijo...

Hola Alejandro,
Qué bien escribes, me ha gustado mucho esta parte: "Y tumbado en blanca soledad, contemplo el cielo, lleno de luciérnagas brillantes, en animado baile, mientras la nieve, sigue cayendo sobre el desierto"

Te sigo leyendo, cada vez me gusta más.
Un saludo