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domingo, 15 de junio de 2008

INVITACION A SOÑAR



No me gusta pensar sentado, no, nunca me gustó hacerlo; prefiero pensar paseando, no importa por donde si es la soledad quien me acompaña, ¡claro! con mis pensamientos. Por el parque, por el campo, junto al mar o a un lago, que la mirada se pierda en el horizonte y no vuelva hasta que la reclame mi cuerpo; necesito esa mirada para volver, si es que quisiera hacerlo.

A veces recuerdo el pasado, que para eso lo tengo y enorme, diría yo, por lo menos llevo años escribiéndolo. Otras el devenir, aunque menos, que ya quedan pocas hojas que rellenar de ese cuento; además, ¿qué habría yo de esperar ya?. Pues eso, pensamientos. Hilos de seda indelebles que formen una red etérea alrededor de mi cuerpo, de mi mente, que la protejan de la locura para que nunca entre y anide en mi cerebro. Porque ... ¿puede haber mayor desgracia que la locura te impida soñar y disfrutar de tus sueños?.

Pues sí, soñar; para mí eso es pensar y si la surte permite que realice algún sueño, entonces ya no es soñar, eso es vivir y para eso fui hecho, para vivir cada instante que piso el suelo, o .... que vuelo, que no siempre es necesario materializar los sueños; a veces es tan bonito levitar entre nubes blancas, soñando que soy un sueño, que hago y deshago todo sin esfuerzo, que escribo, rimo y canto, o, sencillamente, juego. ¡Soñar sin importar qué, solo soñar que sueño!.

Y paseando me encuentro, entre la tierra y el mar, en la arena del desierto que queda sin huellas, sin rastros de otros que antes hollaron con sus pies los granos de fina arena de la playa donde sueño. Al otro lado la mar, llena de hojas en blanco donde escribir nuestras vidas, ideas, pensamientos; sueños al fin y al cabo de mentes inquietas y vivas, que junto a la espuma blanca del manantial de vida del que procedemos, dejen al devenir sus historias, sus experiencias, sus pensamientos. A alguien le ayudará, creo.

Es muy curiosa la edad, el tiempo vivido, el proceso. Se va perdiendo el interés, la fuerza, la inquietud, el miedo de otros tiempos y aparece la templanza, la lentitud, no ya solo en el andar, hasta en el pensar soy más lento. Los problemas se resuelven o quedan disueltos en el tiempo; no importa, ya no son problemas, a lo sumo, manchas negras en la memoria, solo momentos de un gran silencio. Se encallece el corazón, a los sentimientos me refiero. Se ama, sí, pero de otra forma, con más calma y sin revuelos, que esos ya duermen la paz bajo telas y almidones en el baúl de los recuerdos. Je, je, sonrío cuando me acuerdo de aquellos momentos. Ahora, una mujer bonita, es bonita porque lo es, antes por bonita y por deseos que, el que no deseaba dormía en suelos de barbecho. Si lo sabré yo que siempre dormí sobre lecho ...

Ya veis, por aquí me encuentro soñando que aun puedo; que ... ¿Qué puedo?.

¡¡¡Ja, ja, ja ¡!!. Pues ¡qué voy a poder! Puedo soñar y sueño.

Si no les importa a ustedes, hoy seguiré con ellos.

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