Vueling

lunes, 11 de diciembre de 2006

VENDO MIS ALAS

-…

-¡Pues sí!. Ha leído usted bien el letrero, vendo mis alas. Y, además, le regalo la cola si me paga al contado. ¡Faltaría más!. Si solo son 20 euros de nada.- (¡Estos humanos!. ¿Por qué serán tan raros?.)

-…
-Mire, pregúnteme que por qué las vendo, pero no me pregunte para qué las quiere.
-…
-¡Joer, encima se va cabreado!. ¡Oiga, que yo solo quiero vender mis alas!.
(Aquí viene otro. A ver si hay suerte y me las compra)
-…
-Pues mire usted, solo 20 euros y le regalo la cola si me las paga en billetes.
-…
-¡Hombre, por Dios, no me regatee, que he hecho los cálculos para poder alimentarme hasta que me muera.!
-…
-¿Cómo las otras golondrinas?. ¿Me dice que me alimente como las otras golondrinas?. Pero, buen hombre, ¿Usted sabe lo que está diciendo?. Primero. Yo soy golondrino.
-…
-¿Qué no vé la diferencia?- (No te cabrees Golo que pierdes la venta). -No querrá usted que le muestre mis atributos aquí, aunque, con el raquitismo que me traigo últimamente........ ¡No sé! ¡No sé!.
-…
-¡Que no, hombre, que no! ¡Que los golondros y golondrinas no gastamos eso de la anorexia!.- (Joer, lo que hay que aguantar para vender un par de alas).
-…
-Vamos a ver, buen hombre. ¿Usted se ha dado cuenta de cómo está el tema del papeo al vuelo?. Mire, los golondros nos alimentábamos de insectos voladores, libélulas, mosquitos,..... y esas cosas. De los mosquitos mejor no hablar. Han desaparecido de la faz de la tierra.....
-…
-¿Qué los hay a millones?. ¿Qué no hacen más que picarle todo el día y noche?. ¡Pero bueno!. No querrá que me tire en vuelo rasante entre sillas, hamacas, toldos y demás parafernalia. Al primer vuelo rasante me escoño fijo. Clavo el pico en el poste de una sombrilla y de percha para el veraneante. Antes, cuando el mundo era mundo, los tíos volaban en las alturas, fijaban el objetivo y se tiraban en picado, clavándose en sus carnes hasta el corvejón. Y ahí los esperaba yo, con el pico abierto y al pasar, ¡zas!. No fallaba ni uno. Mire si era bueno que en una ocasión lo cazé tan en derecho que me entró por el pico y salió por mi cul...., bueno, por mi esfínter, sin enterarme… ¡No!. De los mosquitos mejor no hablar.
-…
-¿Las libélulas?. Ahí si que me duele. Con esas me pasa lo mismo que a Hierro, ese defensa del Madrid, cuando le cierra el paso a un tal Kluiber del Barsa, me pega dos regates en corto y me rompe hasta el entrecejo. Pero...... ¿Quién les habrá dado clases de pilotaje en vuelo libre?. Me subo a las alturas; las veo volar lánguidas y distraídas por debajo mía; calculo su velocidad y cuando más distraídas están, me tiro en picado, ¡A muerte!. Cuando llego a su altura, un recorte a la izquierda y termino con el pico clavado en el fangal del jardín. Si se lo digo yo, esto no es lo que era. Que el papeo al vuelo está imposible. Si va usted a tener razón, me volveré anoréxico por obligación.
-…
-¡Ande hombre, que 20 euros no son na pa uste!- (Joer, que suerte, que el tío está sacando la cartera. ¡No, si al final le vendo las alas y resuelvo mi futuro!).
-…
-¡Tome, tome también la cola, que se la doy gratis!. ¡Para lo que la quiero ya!.- (Nada, que no ha habido forma, tendré que apechugar con ella.)
"Bueno, busquemos un buen sitio donde guardar el dinero y luego un hormiguero. ¡A mi edad y comiendo hormigas!. ¡Cómo está el papeo!. Me meteré por ese agujero antes de que me pise uno de estos locos). Esa sombra, para mi que se ha movido esa sombra; ¿no será…? "
-¡Socorro! ¡Ayúdenme!. ¡El gatooooooo! ¡Que aten al g........!









No hay comentarios: