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jueves, 15 de enero de 2009

SENTIMIENTO



Lo he sentido alguna vez,
y muchos también lo sienten y,
a la pregunta: ¿Qué sientes?
Nunca supe responder.
¿Has tenido alguna vez
a un recién nacido en brazos?
¿Le has tomado las manitas?
¿Le has acariciado el rostro?
Y de pronto en esa cara,
miniatura de un ser vivo,
como si un milagro fuera,
aparece la sonrisa de un niño recién nacido.
Te pregunto en ese instante:
¿Qué sientes dentro de ti?
¡Nunca en el mundo hubo quien lo sepa contestar!
¡Quizás se produzca ahí, un fallo en nuestro cerebro!.
¿Has estado alguna vez,
sentado arriba, en la cumbre,
viendo un amanecer,
en cualquier lugar del mundo?
Todo se ve negro y gris,
algún plateado suelto,
lejano murmurar del aire
y, casi todo, en silencio.
Miras al horizonte,
allá, sobre las montañas,
queriéndolas separar
del negro intenso del cielo.
Miras el árbol que está;
bajo su sombra has pasado
tantas tardes meditando,
pero solo ves la noche que,
con su manto severo,
cubre la tierra y el cielo.
De pronto, como con magia,
muy despacio y en silencio,
amanece por el este,
se va retirando el negro.
Revienta la luz el paisaje
y rasga la paz del silencio,
la quietud desaparece
y renace el movimiento.
Casi al unísono todo,
sale el sol, corre la brisa,
los pájaros alzan el vuelo,
ya se mueven las hojas
de ese, mi roble viejo.
Ya recortan los contornos,
montaña, árbol, riachuelo,
camino que tanto anduve y,
al fondo, el valle entero.
El negro se va retirando,
deja paso al verde intenso;
luego, aparecen los blancos,
rojos, ocres, verdes claros y,
cubriéndolos con su manto,
se pintó de azul el cielo.
Viendo esta explosión de vida,
contemplando este milagro,
siento dentro de mí
de nuevo esos sentimientos.
Y otra vez yo te pregunto:
¿Qué estas sintiendo por dentro?.
Y nunca nadie en el mundo,
supo expresar con palabras esos raros sentimientos.
Si nuestro lenguaje es obra
de nuestro propio cerebro.
Si con él somos capaces
de expresar los pensamientos,
las razones, el amor,
la vida, el arte, lo eterno,
¿Por qué con ese lenguaje,
con tantas y tantas palabras,
nos sentimos incapaces de decir
lo que sentimos al vivir esos momentos?.
Quizás, en el ser humano,
aunque nos duela creerlo,
haya algo más que materia,
que caos, que casualidad.
Quizás en el ser humano
haya una dualidad,
viva en dos universos;
uno, el ya conocido,
el otro, por conocerlo.

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