Al escritor Fernando Fernán-Gómez
Años llevo sin querer volver la mirada atrás; sin pensar si lo que fui fue lo que quise ser, si lo que soy es lo que en realidad soñé, para mí, para mi ser. No es recordar errores, ni fracasos, ni triunfos. Hubo de todo, lo sé. ¿No lo habría de saber si fui yo quien lo vivió, quien lo hizo ser, el único que lo maquinó?
Es la vida la que, a veces, llegados a una cierta edad, nos obliga a parar la marcha y echar una mirada atrás. ¿Es la edad, o la experiencia, o el miedo a lo poco que me queda por andar?
Me educó la razón pura, sin dejar espacio a la fe y por ella me dejé llevar hasta donde llegué y, en llegando a donde estoy, hoy me dio por preguntarme: ¿Estoy donde debería estar? ¿Soy quien debería ser? ¿Hice lo que debí hacer? Algo he sabido a ciencia cierta y es que no nací por casualidad; no soy el producto de una evolución aleatoria; lo sé por la razón, en ningún caso por la fe y esa seguridad es la que me hace preguntarme: ¿Estoy, soy, actúo…?.
Estos largos paseos, acompañando a la tarde en su suave fluir hacia el horizonte; estos calmosos pasos, que hollando la húmeda arena, me llevan poco a poco hacia mi destino, son tiempos de meditación que a escondidas le robo al acaecer diario de mi razón pura, sin que ella tenga constancia, ni del robo, ni tan siquiera de la intención. Y es hacia el atardecer, cuando mi pensamiento reactiva la memoria de mi haber vivido, cuando tantas y tantas preguntas nacen de mi ser y quedan, como la frágil espuma de las olas, sueltas al devenir incierto de la brisa de la tarde y siempre sin contestar.
Sin contestar. Sí. Quizás no tenga tanta importancia si estoy donde debería estar o soy quien debería ser porque el “debe” a veces no importa, cuando el “haber” es suficiente. ¿Mi haber? No cabe en este mar mi haber y ¿para qué? ¿Lo supe quizás emplear? ¡Cuantas veces me contesté: Aun no llegó el momento de aplicar tu conocimiento! Mañana será. ¿Por qué mañana? ¡Ay, mi viejo amigo, porque sabes que ese mañana nunca ha de llegar!
Tú que no sufres el tiempo porque el tiempo está en tí; que nunca tuviste un mañana, porque jamás viviste un ayer, que con tus continuas mareas borras siempre mi ayer para dejar limpia la llegada de mi mañana, dime: ¿Soy quien debería ser? ¿Hice lo que tenía que hacer? ¿Estoy ...? en esta tu orilla esperando al barquero que está a punto de llegar...
Años llevo sin querer volver la mirada atrás; sin pensar si lo que fui fue lo que quise ser, si lo que soy es lo que en realidad soñé, para mí, para mi ser. No es recordar errores, ni fracasos, ni triunfos. Hubo de todo, lo sé. ¿No lo habría de saber si fui yo quien lo vivió, quien lo hizo ser, el único que lo maquinó?
Es la vida la que, a veces, llegados a una cierta edad, nos obliga a parar la marcha y echar una mirada atrás. ¿Es la edad, o la experiencia, o el miedo a lo poco que me queda por andar?
Me educó la razón pura, sin dejar espacio a la fe y por ella me dejé llevar hasta donde llegué y, en llegando a donde estoy, hoy me dio por preguntarme: ¿Estoy donde debería estar? ¿Soy quien debería ser? ¿Hice lo que debí hacer? Algo he sabido a ciencia cierta y es que no nací por casualidad; no soy el producto de una evolución aleatoria; lo sé por la razón, en ningún caso por la fe y esa seguridad es la que me hace preguntarme: ¿Estoy, soy, actúo…?.
Estos largos paseos, acompañando a la tarde en su suave fluir hacia el horizonte; estos calmosos pasos, que hollando la húmeda arena, me llevan poco a poco hacia mi destino, son tiempos de meditación que a escondidas le robo al acaecer diario de mi razón pura, sin que ella tenga constancia, ni del robo, ni tan siquiera de la intención. Y es hacia el atardecer, cuando mi pensamiento reactiva la memoria de mi haber vivido, cuando tantas y tantas preguntas nacen de mi ser y quedan, como la frágil espuma de las olas, sueltas al devenir incierto de la brisa de la tarde y siempre sin contestar.
Sin contestar. Sí. Quizás no tenga tanta importancia si estoy donde debería estar o soy quien debería ser porque el “debe” a veces no importa, cuando el “haber” es suficiente. ¿Mi haber? No cabe en este mar mi haber y ¿para qué? ¿Lo supe quizás emplear? ¡Cuantas veces me contesté: Aun no llegó el momento de aplicar tu conocimiento! Mañana será. ¿Por qué mañana? ¡Ay, mi viejo amigo, porque sabes que ese mañana nunca ha de llegar!
Tú que no sufres el tiempo porque el tiempo está en tí; que nunca tuviste un mañana, porque jamás viviste un ayer, que con tus continuas mareas borras siempre mi ayer para dejar limpia la llegada de mi mañana, dime: ¿Soy quien debería ser? ¿Hice lo que tenía que hacer? ¿Estoy ...? en esta tu orilla esperando al barquero que está a punto de llegar...
3 comentarios:
Hello. This post is likeable, and your blog is very interesting, congratulations :-). I will add in my blogroll =). If possible gives a last there on my blog, it is about the Aluguel de Computadores, I hope you enjoy. The address is http://aluguel-de-computadores.blogspot.com. A hug.
Hola Incongruente:
Por fin puedo acceder a tu blog.
No hagas mucho caso de estos comentarios en inglés alabando blogs. De hecho ten un poco de precaucación de no abrir o consultar las direcciones a las que te remiten porque te pueden meter virus.
Nos seguimos leyendo.
Gemmayla
Hola Incongruente:
Uno, dos, tres probando.
Llevo varios días intentando acceder a tu blog.
"Haber es suficiente"
Te sigo leyendo.
Gemmayla
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