LA HABITACION DE MI AMIGO
Frases cortas,
entrelazadas por puntos,
que son silencios;
tan expresivos son
que compiten con los verbos.
De fondo siempre el teclado
tocando solo,
algunas veces borracho,
otras, las que menos, sereno,
el piano de mi amigo,
que siempre suena en silencio.
Y, tendido entre sus patas,
ojos cerrados y quieto,
siempre su amigo, perro;
nunca supe si estaba
oyendo el piano o durmiendo.
Y, sobre la mesa llena
de vasos vacíos y viejos,
papeles sin orden alguno,
siempre en blanco sobre negro,
un cenicero lleno
de ceniza y de recuerdos.
Y, en el suelo,
¡Tantos puntos de escritos que nunca fueron,
que forman la alfombra que pisan
sus pies cansados y lentos!
Luz mortecina ilumina
este cuadro que me he hecho
de la habitación de un amigo
que se fue y ya no ha vuelto.
Lo busqué entre las sombras
A la luz de las farolas,
en el bar y, hasta en el puerto,
pero él ya no está aquí,
se fue como solía escribir,
sencillamente, en silencio.
He perdido un gran amigo,
¡Le echo tanto de menos!.
entrelazadas por puntos,
que son silencios;
tan expresivos son
que compiten con los verbos.
De fondo siempre el teclado
tocando solo,
algunas veces borracho,
otras, las que menos, sereno,
el piano de mi amigo,
que siempre suena en silencio.
Y, tendido entre sus patas,
ojos cerrados y quieto,
siempre su amigo, perro;
nunca supe si estaba
oyendo el piano o durmiendo.
Y, sobre la mesa llena
de vasos vacíos y viejos,
papeles sin orden alguno,
siempre en blanco sobre negro,
un cenicero lleno
de ceniza y de recuerdos.
Y, en el suelo,
¡Tantos puntos de escritos que nunca fueron,
que forman la alfombra que pisan
sus pies cansados y lentos!
Luz mortecina ilumina
este cuadro que me he hecho
de la habitación de un amigo
que se fue y ya no ha vuelto.
Lo busqué entre las sombras
A la luz de las farolas,
en el bar y, hasta en el puerto,
pero él ya no está aquí,
se fue como solía escribir,
sencillamente, en silencio.
He perdido un gran amigo,
¡Le echo tanto de menos!.
3 comentarios:
Un poema muy sentido, Alejandro, un amigo que se va, duele más que un pariente.
Me gusta la foto, por ser en blanco y negro, por tener un pizarrón detrás, pues pienso que se trata de un profesor, por la cantidad de libros, cuadernos y bloks de notas en un aparente desorden en el librero, pero que con seguridad él cuando busca algo lo encuentra; me gusta por el pequeño escritorio, indicativo del carácter de su dueño: un hombre sin pretensiones, con los pies puestos sobre la tierra. Sin embargo, encuentro un desorden organizado exprofeso. Presiento que el dueño de ese sillón lustroso por el uso y combado por la espalda del que acostumbra pasar horas en él, no es como aparenta la fotografía. Cosas mías... A veces dejo volar la imaginación.
Besos!
Blanca
No sabes cuanto lamento no haber leido tu comentario a mi poema hasta hoy, querida Blanca, pero tampoco puedo dejar pasar la ocasión para agradecerte tus visitas a mi blog. Hacen que este cobre valor ante mis ojos y yo me siento honrado por ello. Gracias por esas palabras que, tal como dices, definen la forma de vida de un amigo, escritor por mas señas, cuyo horizonte era el desorden porque, según él, viviéndolo las musas no sabían escapar de su escritorio y siempre le acompañaban.
Ya no está, se fue en silencio hacia algún escondido lugar al que yo no tengo acceso y lo lamento; perdía a un amigo, a un buen escritor y a un gran profesor. Ahora debo caminar solo, auqnue nunca me llegó a decir hacia donde. Un abrazo Blanca y gracias de nuevo.
Curioseando por tu blog descubro este maravilloso poema dedicado a tu amigo, que siempre te acompañará.
Comprendo su desorden, las musas escriben en cualquier lado, en cualquier momento plasman sus huellas y por no dejarlas escapar...
Siento tu pérdida y también tu ausencia en el blog. Espero que regreses con tu serena presencia.
Saludos
Teresa
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