No creáis amigos que ser Dios es tan sencillo como pensáis. Ya sé que por ahí abajo circulan bulos de todo tipo; que si existo desde siempre, que si todo lo que pienso se crea automáticamente, que creo lo que quiero, que juego con la vida de los seres humanos, que soy perfecto…
¡Anda ya! Nada de nada. Os contaré unos cuantos secretos pero, por favor, que no se enteren los que tienen fe, que se me chivan y se organiza una que cualquiera sabe donde termino.
Vamos a ver, especifiquemos. Primero. Eso de que soy uno, como lo de la Patria “Una, Grande y Libre”, pues va a ser que no. Si solo hay que pensar un poco. ¿Cómo va a llevar un solo Dios la carga de controlar todo lo que ocurre en el Universo? ¡Pues como no es grande! y, además, entre nosotros y bajito, al Jefe se le fue de las manos el invento, aquello empezó a crecer y crecer y ahora, solo para ir, a la velocidad que yo me desplazo, de un extremo a otro, tardaría 2,45 infinitos y ¿Quién puede dedicar tanto tiempo solo a viajar, con las de cosas que tenemos encargados cada cual? Ahora no hay quien lo controle todo y por eso pasan las hecatombes que pasan. Por supuesto que vosotros solo os enteráis de algunas de las que ocurren en la Tierra y algo más.
Segundo. Aquí también existe una pirámide de mando y, arriba del todo, un consejo de administración que como no tienen mas nada que hacer que pensar nuevas creaciones, nos tienen desbordados. Yo, el Dios que vosotros imagináis, porque de mi realidad no tenéis ni idea, como os estoy demostrando, pertenezco al status 12. ¿Cuántos hay? “Ventidos” como en el programa de la TV.
¡Ah! Y no creáis que yo me dedico a crearos; no, eso lo hace el “hijo de…” un Dios un poco mayor, que está en el status 9 y que debe tener una mala le…, bueno quise decir una extraña idea de lo que debe ser un humano, porque hay que ver los hijos de p…, perdón, de Dios que sois, que cuando salís malos no hay quien os pare. No, yo solo me dedico a apuntar todas vuestras buenas obras; las put... malas las apunta el 13, que vaya numerito que le ha tocado al pobre.
Eso sí, como trabajamos a destajo porque los de arriba llevan dos infinitos que no hacen mas que crear, también me ha tocado en el reparto hacer realidad los pequeños mundos que ellos van diseñando y que yo tengo que meter dentro de cada agujero negro que encuentro.
¡No te rías, tú, el de la derecha del todo que está al lado de la gorda esa que no hace más que tragar dulces! Y después se quejará que me la traigo con un infarto. A ver, si la dejo ahí explota y lo deja todo hecho un crist…, perdón, la costumbre de tener que oír todo lo que “largáis” cuando estáis enfadados.
Si, sí, yo soy el que se encarga de crear mundos imperfectos. ¡Ah! Decidle al impresentable de el Yunque (impresentable porque nunca está presente cuando me aparezco a vosotros; con eso de que no cree ni en Cumbres Borrascosas) ¡Anda que no es duro el tío! Bueno, pues decidle que Dios no hace mundos defectuosos, porque soy Dios y no puedo "defectuar" nada, solo perfecciono. Yo solo hago, y no siempre, mundos imperfectos, porque los de Administración se han empeñado en que los meta en los agujeros negros y ¡jo…! El día que sepáis entrar en un agujero de esos os vais a enterar de lo difícil que es mantener el equilibrio allí dentro; y, encima, a crear a destajo.
Y lo de que somos eternos, decidles a los de la Iglesia, yo no hablo con ellos porque como son de los que tienen Fe, que hagan el favor de tener la boca cerradita que, desde que se le ocurrió la idea de eternidad al padre de la Iglesia aquel de Constantinopla, a los de Administración se les abrieron los ojos como platos, pensando en “mangonear” para siempre y los que curramos las pasamos put…, bueno, nos cansamos mucho.
¡Hala! A pecar que es lo vuestro.
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