Vueling

domingo, 13 de enero de 2008

¿POR QUÉ?




Hoy vine a ti temprano, solo para pasear, pero no debe ser un buen día o, quizás llegué demasiado pronto. No lo sé. ¿Me lo dirás?. Esta densa bruma que sobre mí arrojas, o es un signo de enfado o hay algo dentro de ti que no va bien.

¿Te puedo ayudar?. Aunque no lo creas, muchas veces te entiendo sin que me digas nada; sin embargo, otras, no llego ni a entenderme a mi mismo, pero, algo sí sé y, esto que sé, lo siento en mí al igual que lo tienes que sentir tú. La edad, aunque en mi caso no es comparable a la tuya, mis ochenta y dos años en este mundo, me han enseñado tanto que a veces pienso que esa cantidad de conocimiento ni es buena, ni puede valer para nada; sin embargo sé que no es así, que, por motivos que nunca llegaré a entender, mi misión, al igual que la tuya, es almacenar la mayor cantidad de información.

¿Para qué?. Y ¿me lo preguntas tú, amigo mar?. Yo no lo sé, pero lo veo. Mira tu enamorada, la Luna … Por cierto, ¿Nunca te cansas de intentar alcanzarla con tus manos?. La última vez que lo intentaste casi te llevas media costa por delante. A veces eres más cabezón que yo; pero bueno, vayamos a lo que íbamos. He leído de los enterados, los que lo saben todo,… ¡Está bien , de los sabios y no me interrumpas que mi cabeza está ya muy limitada; dicen que tomando pedruscos de sus agujeros, podríamos saber la edad que tiene, la procedencia de las rocas que venía del cielo y le dieron, si hubo agua en ella o no, aunque esto no lo entiendo porque si había agua se hubiese derramado y caído a la tierra, ¿No te parece?.

Me parece muy bien, cráteres, aerolitos o como se llamen, espacio…. Espacio es el que voy a poner entre nosotros como sigas corrigiéndome. ¡Vaya día que me estás dando hoy!. ¿Estás enfadado por algo?. Te noto algo extraño y no me mojes más los pies que con la bruma que me echas y lo frío que estás terminaré por enfriarme.

Bueno, yo te hablaba de lo que vamos aprendiendo en la vida. Algunas cosas las he tenido que aprender para poder seguir viviendo o para poder ganarme el pan pero, la mayoría de las cosas que sé, ni sé por qué, ni donde las aprendí ni para qué me sirven, pero están ahí, en mi cabeza y yo creo que nada de lo que pasa ocurre sin algún por qué. ¿No lo crees tú igual?

Que ¿qué cosas?. Por ejemplo, lo que te acabo de contar de la Luna. ¡Ya sé que lo he leído y que lo hice voluntariamente!., Pero lo que no entiendo es por qué les interesa a los sabios esas cosas y para qué me las cuentan, si saben que a mi me gustan y que las voy a leer. Ahora ya lo sabemos todos … ¿y…?.

Algo no me han explicado y tú, mi buen amigo, tampoco me lo quieres decir. Sé que hay un motivo por el que todo ocurre; sé que una de mis obligaciones es aprender todo lo que pueda; sé que todo ocurre por casualidad pero que esa casualidad tiene un por qué, nada es injustificado, todo se mueve según unas leyes y, de nuevo te pregunto ¿para qué?. ¿Para qué ha servido mi vida si al final muero y todo lo que sé e hice se perderá en el tiempo?.

Ya ves, amigo, hasta sé que nada de lo que te he contado has oído; no porque no te interese, sino porque tu no puedes oír. Yo lo sé, pero aun así te hablo. ¿Por qué?. ¡No, no me contestes ahora, tengo algo de hambre; ya volveré mañana!

1 comentario:

Mori dijo...

blogueando blogueando di con tu blog.

un saludo y a seguir blogueando.

bye2