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domingo, 27 de enero de 2008

YO SOLO CREO MUNDOS IMPERFECTOS


No creáis amigos que ser Dios es tan sencillo como pensáis. Ya sé que por ahí abajo circulan bulos de todo tipo; que si existo desde siempre, que si todo lo que pienso se crea automáticamente, que creo lo que quiero, que juego con la vida de los seres humanos, que soy perfecto…

¡Anda ya! Nada de nada. Os contaré unos cuantos secretos pero, por favor, que no se enteren los que tienen fe, que se me chivan y se organiza una que cualquiera sabe donde termino.

Vamos a ver, especifiquemos. Primero. Eso de que soy uno, como lo de la Patria “Una, Grande y Libre”, pues va a ser que no. Si solo hay que pensar un poco. ¿Cómo va a llevar un solo Dios la carga de controlar todo lo que ocurre en el Universo? ¡Pues como no es grande! y, además, entre nosotros y bajito, al Jefe se le fue de las manos el invento, aquello empezó a crecer y crecer y ahora, solo para ir, a la velocidad que yo me desplazo, de un extremo a otro, tardaría 2,45 infinitos y ¿Quién puede dedicar tanto tiempo solo a viajar, con las de cosas que tenemos encargados cada cual? Ahora no hay quien lo controle todo y por eso pasan las hecatombes que pasan. Por supuesto que vosotros solo os enteráis de algunas de las que ocurren en la Tierra y algo más.

Segundo. Aquí también existe una pirámide de mando y, arriba del todo, un consejo de administración que como no tienen mas nada que hacer que pensar nuevas creaciones, nos tienen desbordados. Yo, el Dios que vosotros imagináis, porque de mi realidad no tenéis ni idea, como os estoy demostrando, pertenezco al status 12. ¿Cuántos hay? “Ventidos” como en el programa de la TV.

¡Ah! Y no creáis que yo me dedico a crearos; no, eso lo hace el “hijo de…” un Dios un poco mayor, que está en el status 9 y que debe tener una mala le…, bueno quise decir una extraña idea de lo que debe ser un humano, porque hay que ver los hijos de p…, perdón, de Dios que sois, que cuando salís malos no hay quien os pare. No, yo solo me dedico a apuntar todas vuestras buenas obras; las put... malas las apunta el 13, que vaya numerito que le ha tocado al pobre.

Eso sí, como trabajamos a destajo porque los de arriba llevan dos infinitos que no hacen mas que crear, también me ha tocado en el reparto hacer realidad los pequeños mundos que ellos van diseñando y que yo tengo que meter dentro de cada agujero negro que encuentro.

¡No te rías, tú, el de la derecha del todo que está al lado de la gorda esa que no hace más que tragar dulces! Y después se quejará que me la traigo con un infarto. A ver, si la dejo ahí explota y lo deja todo hecho un crist…, perdón, la costumbre de tener que oír todo lo que “largáis” cuando estáis enfadados.

Si, sí, yo soy el que se encarga de crear mundos imperfectos. ¡Ah! Decidle al impresentable de el Yunque (impresentable porque nunca está presente cuando me aparezco a vosotros; con eso de que no cree ni en Cumbres Borrascosas) ¡Anda que no es duro el tío! Bueno, pues decidle que Dios no hace mundos defectuosos, porque soy Dios y no puedo "defectuar" nada, solo perfecciono. Yo solo hago, y no siempre, mundos imperfectos, porque los de Administración se han empeñado en que los meta en los agujeros negros y ¡jo…! El día que sepáis entrar en un agujero de esos os vais a enterar de lo difícil que es mantener el equilibrio allí dentro; y, encima, a crear a destajo.

Y lo de que somos eternos, decidles a los de la Iglesia, yo no hablo con ellos porque como son de los que tienen Fe, que hagan el favor de tener la boca cerradita que, desde que se le ocurrió la idea de eternidad al padre de la Iglesia aquel de Constantinopla, a los de Administración se les abrieron los ojos como platos, pensando en “mangonear” para siempre y los que curramos las pasamos put…, bueno, nos cansamos mucho.

¡Hala! A pecar que es lo vuestro.

sábado, 19 de enero de 2008

Puse música al silencio



Puse música al silencio.

Hoy no quise soledad,

pero la tengo.

Alguien tenía que hablarme

y me rodeó el silencio.

Quise hablar con las estrellas,

las nubes me lo impidieron.

Quise amar a una mujer,

¡Ya sabes! Azul y negro.

No estaba, nunca existió.

Y me rodeó la noche, negra,

en oscura inmensidad,

en profundo silencio.

Cerré los ojos y lloré.

Esto que tanto busqué,

oscuridad, soledad, silencio,

esto es solo lo que tengo.

¡No importa!. Hoy no es buen día.

Mañana, quizás mañana

lo vuelva a intentar de nuevo.


Siempre busqué la soledad y hoy me arropa.

Siempre busqué el silencio y en él me encuentro.

Siempre busqué la oscuridad y hoy me abruma.

Siempre busqué mi interior y hoy no lo encuentro.

Hoy necesité la luz y es noche oscura.

Hoy necesité amistad y solo me encuentro.

Hoy necesité hablar y nadie me escucha.

Hoy necesité amar y solo encontré recuerdos.

Sentado en mi rincón,

a solas, en soledad y silencio,

abandonado mi cuerpo,

dejando mi mente vacía de vivencias y recuerdos,

quiso mi alma soñar

y.......... los sueños no vinieron.

Hoy, cuando seque mis ojos,

del humo del cigarrillo,

o del dolor del recuerdo,

o, quizás sea por el sueño,

hoy solo puedo soñar que sueño.

domingo, 13 de enero de 2008

¿POR QUÉ?




Hoy vine a ti temprano, solo para pasear, pero no debe ser un buen día o, quizás llegué demasiado pronto. No lo sé. ¿Me lo dirás?. Esta densa bruma que sobre mí arrojas, o es un signo de enfado o hay algo dentro de ti que no va bien.

¿Te puedo ayudar?. Aunque no lo creas, muchas veces te entiendo sin que me digas nada; sin embargo, otras, no llego ni a entenderme a mi mismo, pero, algo sí sé y, esto que sé, lo siento en mí al igual que lo tienes que sentir tú. La edad, aunque en mi caso no es comparable a la tuya, mis ochenta y dos años en este mundo, me han enseñado tanto que a veces pienso que esa cantidad de conocimiento ni es buena, ni puede valer para nada; sin embargo sé que no es así, que, por motivos que nunca llegaré a entender, mi misión, al igual que la tuya, es almacenar la mayor cantidad de información.

¿Para qué?. Y ¿me lo preguntas tú, amigo mar?. Yo no lo sé, pero lo veo. Mira tu enamorada, la Luna … Por cierto, ¿Nunca te cansas de intentar alcanzarla con tus manos?. La última vez que lo intentaste casi te llevas media costa por delante. A veces eres más cabezón que yo; pero bueno, vayamos a lo que íbamos. He leído de los enterados, los que lo saben todo,… ¡Está bien , de los sabios y no me interrumpas que mi cabeza está ya muy limitada; dicen que tomando pedruscos de sus agujeros, podríamos saber la edad que tiene, la procedencia de las rocas que venía del cielo y le dieron, si hubo agua en ella o no, aunque esto no lo entiendo porque si había agua se hubiese derramado y caído a la tierra, ¿No te parece?.

Me parece muy bien, cráteres, aerolitos o como se llamen, espacio…. Espacio es el que voy a poner entre nosotros como sigas corrigiéndome. ¡Vaya día que me estás dando hoy!. ¿Estás enfadado por algo?. Te noto algo extraño y no me mojes más los pies que con la bruma que me echas y lo frío que estás terminaré por enfriarme.

Bueno, yo te hablaba de lo que vamos aprendiendo en la vida. Algunas cosas las he tenido que aprender para poder seguir viviendo o para poder ganarme el pan pero, la mayoría de las cosas que sé, ni sé por qué, ni donde las aprendí ni para qué me sirven, pero están ahí, en mi cabeza y yo creo que nada de lo que pasa ocurre sin algún por qué. ¿No lo crees tú igual?

Que ¿qué cosas?. Por ejemplo, lo que te acabo de contar de la Luna. ¡Ya sé que lo he leído y que lo hice voluntariamente!., Pero lo que no entiendo es por qué les interesa a los sabios esas cosas y para qué me las cuentan, si saben que a mi me gustan y que las voy a leer. Ahora ya lo sabemos todos … ¿y…?.

Algo no me han explicado y tú, mi buen amigo, tampoco me lo quieres decir. Sé que hay un motivo por el que todo ocurre; sé que una de mis obligaciones es aprender todo lo que pueda; sé que todo ocurre por casualidad pero que esa casualidad tiene un por qué, nada es injustificado, todo se mueve según unas leyes y, de nuevo te pregunto ¿para qué?. ¿Para qué ha servido mi vida si al final muero y todo lo que sé e hice se perderá en el tiempo?.

Ya ves, amigo, hasta sé que nada de lo que te he contado has oído; no porque no te interese, sino porque tu no puedes oír. Yo lo sé, pero aun así te hablo. ¿Por qué?. ¡No, no me contestes ahora, tengo algo de hambre; ya volveré mañana!

lunes, 7 de enero de 2008

TELON DE FONDO


Aquello que estando en segundo plano explica o condiciona determinados hechos, procesos, etc.

-Sr. Prosaen, preséntese en la sala de energía. Utilice el lanzador D, es una emergencia.- Dahs, al oír la llamada, dejó de mirar la pantalla de su microscopio y se dirigió al lanzador D. Sus ratos libres los pasaba mirando a través del microscopio una partícula rotante alrededor del núcleo de un átomo energético que había descubierto hacía ya casi tres mil pársec/impulsos de navegación. Segundos después se presentaba ante el Responsable de la sala de energía.

-Sr. Krag, ¿Cuál es el problema?.- Sin levantar la mirada de la pantalla, el responsable de la sala le respondió.

-Observe la pantalla del magnetizador 4º. Dos impulsos lleva bajando la potencia magnética. Hemos comprobado todo el proceso y es correcto, pero la potencia sigue bajando.

-¿velocidad actual?.

-Cinco pársec/impulso, bajando rápidamente.

-¿Estamos en zona de influencia?.

-Efectivamente, a cien mil pársec de Orcs, punto solar ciento treinta y seis de Andrómeda.- Dahs se sentó ante la pantalla del ordenador principal de energía y encendió el fondo de pantalla; lo enfocó hacia el lugar del Universo donde, tiempo atrás, había encontrado extrañas construcciones nanoscroscópica. Mientras dialogaba con el ordenador, se entretenía investigando aquel espectacular telón de fondo. Era la galaxia Hestia, con nombre de diosa. De color cardenal y centro azul intenso y uniforme, tipo helicoidal irregular, única en el Universo conocido. Ese fue el motivo por el que Dahs comenzó a investigarla detenidamente.

-¿Datos del convertidor?- pidió al ordenador. Mientras iba recibiendo respuestas a cada una de sus preguntas, Dahs encendió el microscopio, lo enfocó automáticamente de acuerdo a determinadas coordenadas que ya se sabía de memoria y fue acercando la imagen, ampliándola hasta localizar una determinada estrella a la derecha del borde que limitaba Hestia.

-Tres mil ciento catorce, … tres mil sesenta y dos, …- Dash se volvió al Sr. Krag.

-¿Ha observado ahora una bajada del campo magnético?.

-Correcto, Sr. Prosaen. Se produce exactamente en el sector central inferior de la nave.- Dahs, dirigiéndose al ordenador principal de energía, habló

-Magnetizador 4º a pantalla .- La gran pantalla se dividió en dos y apareció la zona pedida. Observó como el flujo magnético se estrangulaba cada cierto tiempo, cada vez más, haciendo que la nave perdiese potencia magnética. Abrió el interlocutor con la sala de mando y ordenó.

-Cambien direccionamiento 90º cuadrante dos y reduzcan velocidad a un pársec/impulso hasta salir de la influencia de Orcs.- y dirigiéndose al Sr. Krag –Una vez fuera de influencia, cambien el convertidor-.

-Si, Sr. Prosaen- El, apagando la pantalla segunda, siguió mirando el telón de fondo que el Universo formaba en su único contacto con el mundo exterior a la nave.

-Raff 10- ordenó al microscopio y en décimas de segundo la visión que tenía de Hestia fue aumentando hasta llegar a un grado de ampliación en el que la pantalla quedó absolutamente en negro.

-Raff 1. Cuadrante 23/16- y esperó que el ordenador localizase el punto exacto. Ante sus ojos apareció un subplaneta. A medida que la angulación de los espejos magnéticos ampliaban la imagen, comprobó como, en la superficie del planeta, se observaban construcciones demasiado perfectas y rectilíneas como para ser producto de la ley natural de evolución aleatoria que imperaba en todo el Universo conocido.

-Raff 0,1- y manualmente fue moviendo el localizador hasta dar con la construcción que buscaba. Una enorme figura humanoide con la mano derecha levantada portando una luz, a modo de antorcha.

-Sr. Prosaen, el convertidor ha sido cambiado. Puede proceder a ponerlo en “on”- Dahs inesperadamente sorprendido por la entrada en escena del Sr. Krag, apagó la pantalla y encendió de nuevo la del convertidor.

-Encendido del 4º y revoluciones a tres mil exactas- comunicó al ordenador, mientras en su mente quedaba gravada la figura del humanoide que acababa de observar.

jueves, 3 de enero de 2008

MONOLOGUEANDO, SIN TENER CON QUIEN HABLAR


Hoy no tengo un mar con orilla con quien comentar mis pensamientos, paseo en solitario por entre los altos árboles de un parque de la ciudad y, aunque ellos intentan amablemente amortizar el intenso y desaforado ruido que lo inunda todo, yo se lo agradezco con una sonrisa, tengo que realizar un gran esfuerzo para entrar en mi propio pensamiento, aislarme de todo y reflexionar.

Llevo demasiado tiempo vivo, tanto que mi capacidad para recordar lo que hace años sucedió supera en mucho a los recuerdos de ayer.

Eso me hace pensar.

Recuerdo que en Bachiller elegí ciencias porque mi memoria no tenía valor alguno y ahora resulta que soy capaz de recordar lo que me ocurrió hace mil años. Quizás exista una lógica explicación, la biología no es mi fuerte, pero, si existiese, ¿alguien podría explicarme qué sentido tiene?. Recordar lo que ya ningún sentido tiene y olvidar lo que me podría salvar la vida mañana. Tampoco me preocupa mucho. La muerte es algo a lo que he de llegar y a la que raramente dediqué atención alguna; puede que al dolor que podría acompañarla le tenga algún respeto, pero a la muerte en sí, no. Es un paso que todos tenemos que dar y, si es así, mejor darlo con la consciencia de que hay que hacerlo y aceptarlo así.

Yo ya tuve un fuerte y contundente aviso. Puede que me lo mereciese, acostumbrado como estaba a vivir despreocupado, después de tantos años sin haber tenido enfermedad alguna, ni avisos de que la vida es más frágil que el pétalo de una rosa, pero si he de ser sincero, ahora solo recuerdo el dolor, el condenado e insufrible dolor que acompañó al aviso. La suerte y los cardiólogos lo dejaron en lo que en realidad fue, un aviso para que no olvide que solo soy una simple y amarillenta hoja mecida al viento de la vida, sin más peso que mi propio vuelo y sin más destino que la tierra que me dio la vida. Allí me volveré a integrar y de esa simbiosis otros nacerán para sustituirme.

¡No es pesimismo lo que me impulsa a escribir estas ideas! ¡En absoluto! Las cosas son así y mientras nadie me demuestre lo contrario, así seguirán. Lo que pasa es que hoy me falló la memoria, intentando recordar algo que pasó en un cercano ayer; la necesité y no estuvo presta, ni tan siquiera estuvo y algo se movió por dentro, dejé todo lo que estaba haciendo y salí a la calle a pasear; en esos momentos la soledad es mi mejor amiga y me fui al parque a buscarla.

Hoy me dio por contároslo, ya sé que poco os puede importar, a mí tampoco. Solo son reflexiones que para lo único que valen es para pasar un rato entreteniendo el cerebro; en cinco minutos ya no serán ni un recuerdo, quizás en menos tiempo. Así de breve es la vida, o de larga, según se mire.